El dueño de la pelota
JORGE VALDANO... Hay equipos que son víctimas de su historia y tienen prohibido perder. Brasil, por ejemplo, sólo parece competir contra su propia gloria. Brasil perdió un partido que se podía permitir perder, pero su verdadero problema es que dejó de ser el dueño de la pelota; eso sí que los debiera preocupar. Marruecos, sin embargo, se va bien. En un Mundial, aquellos que no tienen acceso al título, juegan a elegir el modo de irse. Marruecos se va antes de merecerlo, pero se lleva la pelota debajo del brazo. Espero que no se confundan en el análisis y terminen concluyendo que se fueron porque la modernidad es defensiva y el balón un objeto secundario. Marruecos creó la complicidad que suele producir un equipo generoso que no desprecia la estética. Eso es más que sobrevivir un ratito.
... El dueño de la pelota. Buen tema. Para mi, en este Mundial, la pelota es de Holanda. Quien dice la pelota dice el fútbol, el gol, el juego. En la selección holandesa todos la tocan (...3, 4, 5...) y ninguno la tiene; la pelota va viajando de un pie a otro para adelante, para atrás y, sobre todo, para los costados. "¿Pero la portería no está en el centro?", preguntan los amigos de la línea recta. Paciencia, hombre, paciencia. Mientras los simples hacen preguntas simples, Holanda sigue tocando (... 9, 10, 11...). Detrás de la pelota el rival va dejando sudor, va resignando alegría y va regalando espacios porque correr detrás de la pelota cansa, aburre y distrae. Mientras sus admiradores nos gastamos dando explicaciones, Holanda sigue tocando (... 15, 16, 17...). Se defiende con la pelota, ataca con la pelota, maneja el partido con la pelota. Cualquiera que los ve jugar termina pensando que al fútbol se juega con la pelota (...19, 20, 21...). Paciencia, hombre, paciencia, que este artículo está a punto de terminar. Ronald de Boer está a punto de meter el quinto gol de Holanda frente a Corea y yo sólo quería hacerle un homenaje a los 21 toques que le precedieron.
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