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Fútbol en una ciudad tomada

Inglaterra y Rumania prometen buen juego para olvidar a los "hoolingans"

Carlos Arribas

Pese a todo lo bueno que Inglaterra mostró en su debú (2-0 a Túnez), es decir, pese a las promesas futbolísticas que la presencia de un Paul Scholes en plan maestro pueda generar, en Toulouse no están muy contentos. La devastación hooligan del pasado fin de semana en Marsella ha generado tal psicosis de falta de seguridad que los habitantes y negociantes de la capital del sur llevan un par de días soportando un régimen militar con toque de queda incluido. Invadidos por policías y fotógrafos en busca de un pulitzer, con restricciones en el horario de cierre de bares y cafeterías, prohibición de juntarse más de 200 personas en parques y plazas, suspensión de la fiesta de la música... a los ciudadanos, sólo les queda protestar.Mientras tanto, Hoddle, sigue en sus trece: decidió que Gascoigne desestabilizaba el equipo y no lo llevó a Francia; que Beckham, el deseado, no tenía sitio en su sistema y le mantiene en el banquillo. Anunció que sería el Mundial de Shearer, y ese camino lleva; anunció que Scholes llevaría todo el peso, y por ahí va la cosa.

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"Rumania es favorita. Sus jugadores tienen más experiencia mundialista que los nuestros y además son muy buenos técnicamente", dijo. Ambas selecciones se juegan el primer puesto.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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