La jubilosa noche de Rajavi
No fue la noche del odio al Gran Satán. Fue la noche de un extraordinario júbilo por la victoria. Y fue, por encima de todo, la noche de Rajavi, el líder de la oposición al régimen islámico en el exilio. Miles de gargantas iraníes no cesaron de animar a su equipo mientras enarbolaban banderas de color naranja con el rostro de su líder y el de Maryam, su mujer. Lyón se había preparado para evitar incidentes entre las aficiones y se acabó topando con una manifestación política de primer orden contra el régimen islámico de Jatami. El fútbol fue sólo un pretexto. La mayoría de 20.000 seguidores iraníes acudieron al estadio para utilizar el partido como un megáfono al mundo.La FIFA había invertido todos sus esfuerzos en evitar que Lyón sucumbiera a una guerra ideológica y prohibió sin éxito que entraran en el estadio banderas con consignas políticas. Convocados por el grupo opositor Mujahedeen, los iraníes, la mayoría residentes en Holanda, se las ingeniaron para burlar la ley. Escondieron entre sus ropas las banderas de su líder y vistieron mayoritariamente camisetas con sus rostros.
Los 4.000 gendarmes en el campo se vieron desbordados y tuvieron que recurrir al apoyo de los miembros de la Pasradán, una guardia secreta llegada de Irán para evitar incidentes. Fue precisamente esa dotación policial quién cargó con más dureza contra las gradas cuando aparecieron las banderas. Muchas fueron confiscadas, pero al final desistieron de retirar más. Los seguidores las pasaban de mano en mano y las ocultaban bajo las sillas. No hacía ni diez minutos que los jugadores de Irán habían obsequiado con flores a los americanos. Apenas un puñado de hinchas de EE UU -no se vieron más que un par de banderas con las barras y estrellas- asistieron como invitados de piedra al espectáculo. Pero iraníes afines al régimen y oposición tenían un propósito en común. Nadie se acordó de los visados denegados por Francia a miembros de la resistencia ni la polémica suscitada entre unos y otros por la emisión en TF1 de la película No sin mi hija.
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