_
_
_
_

La "ley seca" no surtió efecto

Àngels Piñol

El temor parecía fundado. El prefecto de Marsella, Michel Sappin, lamentaba que el partido se hubiera jugado el lunes dejando por delante un fin de semana a los hooligans. Y el prefecto de la región, Jean Poul Proust, decretó por la mañana el cierre de los bares a las 23.00 horas y prohibió la venta de alcohol a partir de las 16.30, medida que debía regir hasta la madrugada. Error de cálculo: el partido empezaba dos horas antes para los ingleses. Y muchos llegaron en el TGV, tren que partía a las 5.45 de Saint Etienne. En primera y en segunda clase desayunaron con cerveza. La ministra de Defensa, Marie Buffet, deseaba juzgar ayer a los ingleses y expulsarlos cuanto antes.Llegada la tarde, los ingleses fueron tomando el camino de vuelta. Era el fin de su primera aparición por el Mundial. "!La guerra no ha acabado!", gritó un tunecino cuando el partido acabó.

Más información
Los "hooligans" invadieron Marsella

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_