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BALONCESTO FINAL DE LA NBA

Desasosiego ante una espantada en los Bulls

Michael Jordan, mejor jugador del mundo, máximo anotador, MVP (jugador más valorado) de la Liga y de la final. Scottie Pippen, defensor excelso, lugarteniente inmejorable de la megaestrella. Phil Jackson, entrenador ideal para ambos. Dennis Rodman, mejor reboteador, un espectáculo en sí mismo. Toni Kukoc, en su plena madurez. Seis anillos en ocho años. En las últimas tres temporadas han ganado cuatro de cada cinco partidos. En este tiempo, salvo Indiana Pacers, ningún otro equipo les ha llevado al séptimo partido de una eliminatoria ¿Existe alguna razón para que este grupo no permanezca unido? Deportiva seguro que no, pues a pesar de su veteranía su competitividad no admite comparación en la NBA.La cuestión no es nueva. Ya se planteó al final de la temporada pasada. Pero en esta ocasión algunos detalles han cambiado. La gerencia no deja de insistir en que hará todo lo posible -incluso rezar, según comentaron al recibir el trofeo de campeones- para mantener el grupo unido. No hay dudas sobre el deseo de continuidad de Michael Jordan. "Me encantaría", aseguró. E incluso Phil Jackson parece haber abierto una puerta para seguir un año más a pesar de haber recogido ya todas sus pertenencias de las oficinas del United Center. "[Abandonaré] salvo que ocurra algo absolutamente inusual", dijo ayer el entrenador. Pero todos apuntan hacia una dirección. La duda, la clave de todo el asunto, se llama Scottie Pippen. Enfrentado a la jefatura desde que los Bulls ficharon al croata Toni Kukoc, con un contrato irrisorio para su importancia en la Liga, Pippen se convierte en agente libre este verano.

Recién finalizada la serie, no desveló sus pensamientos. "Dejarme unos días para disfrutar de esto y luego daré una respuesta". Los periodistas no cejaban de buscar indicios. A la pregunta de si existía alguna posibilidad de que siguiese en Chicago, Pippen alargó el misterio con un "todo es posible". La negociación veraniega a tres bandas va a ser larga y complicada. La presión social sobre los dueños del equipo es enorme, por lo que no parece que sean cuestiones económicas las que condicionen las decisiones. La convicción de que este mismo equipo sería capaz de conseguir el séptimo anillo debe convertirse en el mejor de los argumentos para lograr la continuidad del maravilloso trío. Desde esta posibilidad hasta la peor de las pesadillas -la retirada de Jordan-, cualquier combinación entra dentro de lo posible.

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