Eric Tabarly,

Eric Tabarly, marino, 66 años, desaparecido en la mar el 12 de junio de 1998, frente a la costa de Gales. Así de escueta puede ser la nota necrológica del hombre que reconcilió a los franceses con el mar. En 1964 ganó su primera Transat en solitario, epopeya que repitió en 1976 manejando el Pen Duick VI, un mastodonte de 22 metros pensado para una tripulación de 15 personas.Tabarly cayó al mar, de noche, víctima del golpe imprevisto del palo de la vela cangreja. Viajaba en el Pen Duick (Pájaro negro en bretón), cerca de la Fosa Celta y rumbo a Escocia, para participar en un encuentro de veleros centenarios. Las cuatro personas que viajaban con él no supieron maniobrar el velero con rapidez. Durante dos días y dos noches aviones y un navío de la Marina nacional francesa han intentado en vano localizar el cuerpo. Sin esperanza de encontralo con vida. La temperatura del agua -cuando cayó- era de 11 grados y en ese caso la esperanza de vida no va más allá de una hora.

El Pen Duick era el barco que compró y restauró el padre de Eric Tabarly en el año 1938. Él lo adquirió en 1952, pero para pagarlo tuvo que enrolarse en la armada. Su sueldo de militar le sirvió para restaurar, con espiritu historicista, el navío que él consideraba «mi primer amor» y en el que pasaba la mayor parte de su tiempo desde 1988, momento de su jubilación.

Olivier de Kersauson, Titouan Lamazou, Marc Pajot, Philippe Poupon, Florence Arthaud son hoy nombres importantes dentro de esa especialidad aventurera del navegante solitario. Son todos herederos de Tabarly, el hombre que cocinaba a bordo sentado en una silla de Harley Davidson, que le dijo al presidente De Gaulle que buscase otro día para comer juntos porque el que le proponía ya lo tenía comprometido, que le puso alas al trimarán y que ganó la Fastnet, la ruta del Ron, la Whitbread o el récord de la travesía del Atlántico. Hoy, el Pen Duick, por decisión expresa de Jacqueline Tabarly, la esposa, llegará a Fairlie para sumarse a la fiesta de viejos navíos. Sin su patrón.-