Javier Reverte asegura que "Francia ya no pinta nada en África y Estados Unidos, mucho"

Vagabundo en África, la novela que el reportero y novelista Javier Reverte (Madrid, 1944) presentó ayer en la Feria del Libro de Bilbao, es el resultado de un viaje de "tres meses" por Suráfrica, Zimbabue, Tanzania, el lago Victoria y Ruanda. La ruta culminó con una travesía por el río Congo. Pese a reconocer que el futuro de África es "teóricamente muy negro", se declara "optimista" porque "los movimientos solidarios compensan la voracidad de las grandes potencias". Está convencido de que "Francia ya no pinta nada en África y Estados Unidos, mucho".

Reverte no oculta que la navegación por el Congo es la parte del viaje que más le apasionó. Quería comprobar si el mítico río era realmente como él lo había leido en El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad, y en otros libros. "Es como lo leí". O sea, tal y como era hace un siglo, cuando Conrad lo navegó. "Ese país, por desgraciapara él, no ha cambiado. Está peor que en la época de la colonia. Navegar ese enorme río a través de selva virgen es una sensación estupenda por una parte, y por otra terrible, al ver que no ha mejorado nada". "Todo viaje empieza en una librería", según Reverte, quien en Vagabundo en África (EL PAÍS-Aguilar) intercala la historia de los países que recorrió con pasajes novelados. Esta novela es un regreso a África, el contienente que también protagonizó, hace dos años, El sueño de África, otro libro de viajes. Aunque el Congo no haya cambiado, otras cosas sí lo han hecho. Y positivamente. "Por una vez, hay un ejemplo de democracia en África: Suráfrica". Emana admiración cuando habla del presidente Nelson Mandela, "el primer gran demócrata, gran estadista de África". Todo ello sin haberlo conocido en persona. Reverte comparte la opinión de Mandela sobre la receta para que África entre en la senda del progreso: "Cultura, desarrollo y democracia". Para Reverte, la crisis ruandesa ha dejado bien claro que EEUU "ha conseguido arrebatarle a Francia el dominio político de la zona". Cree que es el inicio de "otro expolio" del continente, en el que Estados Unidos lo colonizará de modo "más sutil" que Francia, a través de empresas. Apunta que los estadounidenses persiguen "hacerse con las materias primas para las energías del futuro". El contrapeso de este afán conquistador está, según este madrileño, en los "grandes movimientos humantarios en Occidente, que están ayudando a África más que nunca". Entre las miles de ONG "hay unas mejores que otras". Alaba el mérito de estos cooperantes que han logrado que nombres como la República Democática del Congo (la antigua Zaire), Ruanda, Burundi, Nigeria, etcétera existan en los telediarios y la prensa. No obstante, advierte que también "hay mucho jeta" disfrazado de solidario, que no sólo no ayuda sino que además "se monta su negocio". Alberga gran confianza hacia los funcionarios africanos formados en grandes organismo como la ONU, Unicef o la Unesco y empeñados en hacer justicia. Al actual secretario de la ONU, el ghanés Kofi Annan, lo considera totalmente ajeno a este grupo. Según Reverte, se ha limitado a seguir las consignas de las grandes potencias.