El polémico voto secreto

Lennart Johansson ha planteado su estrategia como la alternativa democrática al totalitarismo de Joao Havelange. Su éxito económico con la Liga de Campeones no puede hacer olvidar, sin embargo, la derrota en el caso Bosman y un nuevo asunto burocrático no parece tampoco dejar traslucir mucha transparencia para la propia elección del día 8.El comité ejecutivo de la FIFA no pudo decidir, el pasado miércoles, sobre el sistema de votación y será el mismo Congreso el que lo decida.

El resumen es que Johansson no quiere el voto secreto en cabina cerrada de uno de los tres representantes de cada federación. En caso de ir a la cabina, quiere que vayan los tres delegados, aunque sea insólito, o que voten desde la misma sala, como hacen en la UEFA.

Joseph Blatter opina que todo son manejos para efectuar más presión sobre los votantes, pues muchos de los que se han comprometido con su rival han cambiado de intención en estos dos meses. Según él tiene 18 votos de Europa, 20 de Africa, 4 de Oceanía, 25 de Asia y 45 de América. Total, 112.

Johansson, por su parte, asegura contar con 40 sufragios de Europa, 35 de Africa, 8 de Oceanía, 18 de Asia y 10 de América. Total, 111.

Deben votar 193 países. El triunfo en la primera vuelta es con dos tercios de los votos, 129. En la segunda, mayoría simple.