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Los seleccionados critican a Van Gaal

Amor: cuando llegué al Barça con 12 años, nadie me dijo que me pasarían una factura 19 años después"

Con los ojos acuosos y las emociones a punto de desbordarse, Guillermo Amor, de 30 años, criticó ayer con dureza al que todavía es su entrenador en el Barça, el holandés Louis Van Gaal. "Me duele que se juegue con un pasado, que no se hayan tenido en cuenta mis 19 años en el Barça", comenzó Amor, muy herido por las "amenazas" de Van Gaal para que abandonara el club junto con otros nueve jugadores declarados transferibles por la entidad ("si deciden quedarse, pasarán un año terrible", había advertido el día anterior el preparador holandés).En la concentración de España en Puente Viesgo, los jugadores del Barça afectados por las declaraciones de Van Gaal -Amor, Ferrer y Pizzi- no estaban solos: contaron con la solidaridad de sus compañeros de selección. "No se puede tratar así a un jugador como Amor, que es de los que hacen grande a un club", dijo Cañizares. "Esto es muy triste. Al menos que le den las gracias y que le busquen la mejor salida posible", añadió Guerrero. Ferrer, otro de los damnificados, advirtió: "Hay que ir con cuidado con los sentimientos. Yo llevo 15 años en el club y él, uno. Esto puede tener un efecto bumerán (para el holandés)".

Donde más le dolía a Amor era al pensar que éste era el trato que recibía después de 19 años de dedicación a la entidad azulgrana. No se trata solamente de que el entrenador no cuente con él, sino que la directiva ha ejercido una opción que tenía de retenerlo exclusivamente para cobrar un traspaso. Por ahí sangraba ayer este chico natural de Benidorm y que llegó con 12 años a la escuela de fútbol del Barcelona, donde pronto se convirtió en el precursor de varias generaciones de futbolistas que cubrieron de prestigio la cantera azulgrana: Ferrer, Guardiola, Sergi, Roger, Óscar, Iván de la Peña y Celades.

"Hemos pagado por su formación en la cantera", había dicho Van Gaal en alusión a Amor, a lo que el centrocampista replicó ayer con contundencia: "Cuando llegué al club, con 12 años, nadie me dijo que 19 después me pasarían una factura por todos los entrenadores que he tenido, por la Masía, y por los campos en los que he entrenado (...). Si esa factura se la van a pasar a todos los niños que lleguen de fuera, yo no dejaría a mi hijo en una de las residencias del club". Preguntado sobre qué pensarían los chicos de la cantera del Barça de todo esto, Amor ya no pudo contestar: le superó la emoción y abandonó la conferencia de prensa con los ojos llorosos.

Pero antes, el todavía jugador azulgrana dejó claro que él, después de tantos años en el Barça, no podía ir ofreciéndose por ahí: "No voy a mover un dedo por irme de mi club, de mi gente y de mi ciudad". "Pero si el club lo tenía facilísimo: yo acababa contrato", se quejó Amor, que dijo querer pensar que esta situación era sólo cosa del técnico ("un señor que no es de aquí y que lleva un año en la casa"), y no de la directiva, que, sin embargo, habría aceptado sin rechistar las órdenes del entrenador.

En este sentido, el nuevo guardameta del Valencia, Santiago Cañizares, lanzó ayer una andanada contra la política de los clubes españoles. "En esta superliga de las estrellas, a los jugadores que se crían en los clubes no se les da el trato que se merecen", dijo Cañizares, que recordó cómo, cuando fue a probar al Barcelona con 16 años, se encontró allí a Amor, que ya era capitán del juvenil y "había que ver con qué dedicación se entrenaba".

El delantero del Real Madrid Raúl sigue acosado por unas molestias en el pubis, que ayer le obligaron a retirarse antes de concluir el entrenamiento de la selección. "Es un problema que arrastra hace meses y no se va a solucionar ahora, aunque podrá seguir entrenándose", dijo Enrique González Ruano, médico del combinado español. Raúl tratará de aguantar con esta molestia todo el Mundial y, después, decidirá si se somete a una intervención quirúrgica.

Por otra parte, los internacionales españoles evaluaron ayer a su primer rival en el campeonato del Mundo, Nigeria, que perdió el viernes con bastante claridad ante Yugoslavia en Belgrado (3-0). "Nigeria se cierra muy atrás y sale bastante bien al contraataque", indicó Cañizares, para quien el equipo africano es mucho mejor en ataque que en defensa. Para Guerrero, por su parte, Nigeria padece un problema de conjunción de sus jugadores, que "se acaban de reunir y tienen un entrenador nuevo (el yugoslavo Bora Milutinovic)".

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