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El "violador de Pirámides" admite que persiguió a mujeres, pero no recuerda haber forzado a ninguna

"He podido seguir a mujeres en la calle, pero no tengo conciencia de haber violado a ninguna, no lo recuerdo". Así se expresó ayer, delante de un tribunal, Arlindo Luis Carvallo -conocido como el violador de Pirámides y considerado el mayor agresor sexual en serie de la reciente historia de Madrid-. Tras ser detenido, Arlindo, vecino de Fuenlabrada y padre de dos hijos, confesó 140 ataques sexuales a mujeres. Ayer fue juzgado en la Audiencia de Madrid por sólo una de las cerca de cuarenta violaciones que, de momento, se le imputan por la vía judicial.

El procesado negó haber cometido la violación por la que fue juzgado ayer, y por la que el fiscal, Casto Páramo, le pide 23 años de cárcel. Esta agresión acaeció el 26 de agosto de 1994. Según el fiscal, abordó a una chica con unas tijeras a la salida del metro de Méndez Álvaro, la condujo hasta un puente y allí la violó.Esta violación ha sido desgajada, por una cuestión procesal, del sumario matriz, que instruye un juzgado de Leganés y que aglutina las otras 40 agresiones sexuales que los jueces parecen haber demostrado.

Alto, recio y con nariz pronunciada, el acusado anticipó la que previsiblemente será su defensa con vistas al macrojuicio que se le avecina, aún sin fecha. "No recuerdo haber violado a ninguna mujer. Cuando fui detenido, la policía me presionó para que me declarara culpable de todo. A cambio, me prometieron dejarme ir al parto de mi mujer, que acababa de salir de cuentas".

Sobre la violación de Méndez Álvaro, Arlindo -guarda de seguridad hasta su detención- se mostró cortante. "Yo no pude cometer esa violación. Ese día estaba en las fiestas de mi pueblo, y hubo gente que me vio". Sin embargo, no presentó ningún testigo.

El de ayer fue un juicio extraño, y no sólo porque se haya desgajado del macrosumario una de las violaciones. Sobre Arlindo existen informes psicólogicos oficiales, pero ningún experto se pronunció ayer sobre su salud mental. "Mi padre, siempre borracho, me pegaba de niño por cualquier cosa. He sido un desgraciado toda mi vida", declaró ayer. La mujer víctima de la violación, que declaró a puerta cerrada, no pudo identificar como su agresor. No obstante, sobre Arlindo pesa la prueba del ADN hecha al semen que portaba la víctima. Una bióloga señaló que el examen había arrojado "evidencias muy fuertes" de que Arlindo era el autor de la violación. El abogado de Arlindo, Miguel Ángel Cocero, que pidió su absolución por "falta de pruebas", criticó con dureza el informe. "La bióloga", afirmó, "asegura que hay 230.000 posibilidades de que el semen sea de mi cliente, pero ha callado que hay 14 millones de posibilidades de que no lo sea".

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