Bruguera acentúa su crisis
El ex campeón sucumbe ante Gumy, cae al puesto 50º y se toma un descanso
La crisis venía anunciada, pero adquirió todo su dramatismo en Roland Garros. El torneo parisino, que le ha visto ganar dos veces consecutivas, fue escenario ayer de su debacle. Sergi Bruguera perdió en la primera ronda frente al argentino Hernán Gumy (106º mundial) por 6-2, 6-2, 6-3 y precipitó su caída en la clasificación mundial hasta alrededor del 50º puesto. "El problema no es el rival", confesó un desesperado Sergi, ya con 27 años. "No pensaba en el partido, sino en mí mismo: en las ganas, la ambición, el espíritu de sacrificio. Todo eso me está faltando. He perdido la ambición y las ganas de ganar. Me tomaré un descanso y espero recuperarlo algún día".La derrota fue patética. Lo de Bruguera no fue una rendición sin condiciones. Cuando entró en el partido pareció haber recuperado el espíritu. Ganó el primer juego en 13 minutos y tras salvar cuatro bolas de break. Pero Gumy, que nunca había ganado un partido en Roland Garros en tres participaciones, siguió luchando por cada bola, por cada punto esperando que la ansiedad de Sergi hiciera el trabajo que su juego nunca podría realizar. La distancia entre Gumy y un Bruguera en condiciones es demasiado grande para pensar en sorpresas. Pero ahora Sergi está en crisis y cualquier rival sabe que es tremendamente vulnerable.
"Tengo un problema personal que debo resolver", había confesado la semana pasada. Y ayer respondió escuetamente cuando se le preguntó por esa cuestión. "Prensa rosa, no", dijo, evitando profundizar más en su intimidad. Sin embargo, es evidente que la crisis esta vez tiene otras raíces que las que tuvo en 1995 y 1996 y que le situó finalmente por encima del 80º puesto mundial. Entonces la cuestión recayó en dos lesiones consecutivas en las dos rodillas y en el tobillo derecho, que le hicieron perder prácticamente dos de los mejores años de su carrera. Ahora, la crisis es más personal, más mental y, consecuentemente, es probable que más difícil de resolver sin traumas.
Todo eso ha quedado patente en su trayectoria de este año y volvió a configurar el decorado del partido que ayer perdió en París. A lo largo de la temporada, Bruguera ha perdido ocho veces en primera ronda. Ni siquiera la llegada de la tierra batida, el pasado mes de abril, pudo paliar su caída. Sergi ganó cinco partidos en esta superficie en los siete torneos que ha disputado. Su total del año se sitúa en 8 victorias por 18 derrotas, deplorable. Ayer, esa falta de ambición, esa ansiedad, ese debate personal que le está destrozando fue lo que básicamente le impidió ganar el partido. Con dos sets abajo y 5-3 en contra en el tercero, Bruguera no pudo responder a los gritos de ánimo que le lanzaba el público. Se limitó a seguir pegando golpes sin ton ni son, esperando el desenlace que ya estaba anunciado.
"Esperaba muchísimo de esta temporada porque me sentía muy bien preparado", comentó. "Pero en Australia todo se quebró. Sufrí una inflamación en el hueso de un pie y creo que allí empezaron mis problemas. Ahora no me veo capaz de jugar. Por eso haré un parón, me tomaré unas vacaciones y espero recuperar las ganas de jugar y la ambición", señaló Sergi.
Puede que sea eso lo que necesita. Pero tiene unos riesgos evidentes. Dejar el circuito uno o dos meses le puede suponer una caída hasta alrededor del 100º puesto mundial -en julio debe defender unos 200 puntos-. Y eso supone jugar fases previas en los torneos supernueve y en algunos otros torneos grandes. Para un doble ganador de Roland Garros y un jugador con su historial con 27 años cumplidos ese es un camino muy arduo. "Ya sé a lo que me expongo", asegura él. "Cuando vuelva tendré que ponerme el mono de trabajo, volver a jugar previas y torneos que ahora no jugaría, o dejarlo".
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