Los invisibles de la selección

Junto a los que polarizan grandes dosis de atención (la mayoría), hay otros que pasan prácticamente inadvertidos. Se trata de los invisibles, aquellos jugadores que bien por su alta discreción, bien por su floja temporada o porque, simplemente, no están de moda, apenas concitan la atención.Aranzabal, Molina y Aguilera pertenecen a este grupo. "Es normal, siempre quieren ver a las grandes estrellas: Kiko, Raúl y Alfonso", comenta Molina, un tanto molesto con su condición de invisibilidad. "Me gustaría ser el centro de atención. Eso significaría que estaría jugando".

Pero si Molina no esconde cierta irritación por el escaso caso de la prensa, Aranzabal y Aguilera están encantados. "A mí no me importa. Hay quien llama más la atención. Yo tranquilo, en mi sitio", comenta el vasco, que admite que su temporada tampoco ha sido de las mejores.

Un caso peculiar es el de Guerrero. El centrocampista del Athletic no pertenece al grupo de los invisibles, pero sí ha dejado de ser el centro de atención. "No noto diferencias", dice Guerrero, que se define como una persona "sencilla y discreta". "Si se habla más de otros será porque se lo habrán merecido o porque están en clubes como el Real Madrid y el Barça, que concitan una atención mundial".