"Están hartos de nosotros"
TENIS: ROLAND GARROSENTREVISTA IMPERTINENTE
Cumplirá 23 años el próximo 25 de junio, sin embargo Albert Costa se ha consolidado ya como uno de los mejores jugadores del mundo. En abril de 1997 ocupó la novena posición de la clasificación mundial, y desde entonces se ha instalado entre los 20 primeros. El año pasado ganó el Trofeo Conde de Godó en Barcelona, pero ha tardado un año más en conseguir su primer torneo supernueve. Lo logró hace tres semanas en Hamburgo, donde superó a Àlex Corretja en la final. Posteriormente, alcanzó la final de Roma, pero tuvo que retirarse por lesión en la muñeca. Eso ocurrió a una semana del inicio de Roland Garros.Pregunta. Apuntaba muy alto, pero ha sido el último de su grupo en conseguir un torneo supernueve.
Respuesta. Hay otros jugadores que han tenido más acierto que yo. Pero da lo mismo. Cuando he podido hacerlo he llegado a una final y he ganado un gran torneo. He tenido continuidad y eso también me llena.
P. ¿Reconoce que es más importante ganar Hamburgo que el Godó?
R. Son sensaciones distintas. Te sientes más jugador de tenis ganando un supernueve. Una cosa es el Godó, que sentimentalmente tiene mucho valor para cualquier español, y la otra ganar un gran torneo. Supone el doble de puntos, de dinero y de todo.
P. ¿Se habrá quedado descansado con esta victoria, no?
R. Sí. Es importante al menos tener uno, para poderlo exponer en tu palmarés. Igual que ganar el Godó para un español. Si lo tienes ya está ahí. Te sientes más jugador, más profesional.
P. Ha saltado ya un listón, pero le quedan dos más: las pistas interiores y el Grand Slam. Sigue sin ganar ningún partido en pista cubierta.
R. Espero ganar al menos dos este año. Ya me daría por satisfecho. Es un problema de costumbre. La pelota llega muy rápida y no es fácil. Pero espero ir mejorando. Yo no paso de las pistas interiores, porque dan muchos puntos.
P. ¿Y el Grand Slam?
R. También llegará. Creo que donde tengo más posibilidades es en Roland Garros, pero no soy exluyente en este sentido.
P. Los españoles son una pesadilla para el resto de jugadores.
R. Están hartos ya de nosotros. Cada vez somos más. Nos tienen mucho respeto. Cuando alguien se enfrenta a un español en tierra batida ya va bastante agobiado. Sabe que para ganar deberá estar tres horas en pista y la gente a veces no está muy dispuesta a hacerlo.
P. Es de los que se plantea ante Roland Garros: ¿qué español ganará?
R. Sí. Estoy convencido de que algún español será el campeón. Somos tantos que podemos ganar: Mantilla, Moyà, Corretja, Berasategui, Bruguera. Y supongo que ellos piensan lo mismo de mí. Seguro que muchos sueñan con nosotros... para que no estemos en su camino.
P. ¿Hay jugadores que van de figuras en el circuito?
R. Algunos, pero pocos: Agassi, Sampras, Philippoussis, Becker. Se apartan de todos los demás. Es una cuestión de carácter. Así se nace. Yo nunca actuaría como ellos. No creo que el éxito me cambiara.
P. La vida del tenista es dura, pero con una cuenta corriente florida debe serlo menos, ¿no?
R. Eso está claro. Pero no es una vida fácil. Tener dinero ayuda bastante y te da tranquilidad. Pero hay que estar alerta. Nuestra vida profesional es muy corta.
P. Para una persona de 22 años eso debe ser como vivir en una nube.
R. Sí, pero yo soy un chico muy normal. Me gusta vivir bien, comer bien, estar tranquilo. Pero no hago nada muy especial. Ni tengo un Ferrari ni una gran mansión. Tengo un Mercedes que me regalaron y vivo en un piso. Muy normal.
P. ¿Es difícil no perder la cabeza cuando se tienen tantas posibilidades en la mano?
R. No. Pero es una cuestión de educación, de lo que te han enseñado en casa, de tus propios principios. Es evidente que hay casos más extravagantes, gente más fardona. Algunos se pasan un poco. Kafelnikov, por ejemplo, acaba de comprarse un avión, un jet privado. Philippoussis tiene un Ferrari, un Lamborgini y no sé cuantos coches más. Pero esos son los menos.
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