Centro-Izquierda de aquí
PACO MARISCAL La niebla, que es ciega, tiene escasa presencia en nuestras comarcas. La tiene, sin embargo, en Canal 9, donde se escurre entre contratos, pérdidas de muchos millones y despilfarro en una programación tan trivial como poco económica. Porque la economía, escribió Séneca, es la ciencia de evitar gastos superfluos. Y aquí se gasta mucho en lo superfluo y escasea el dinero público cuando se tienen que cubrir las necesidades sociales inmediatas y primeras. Digamos la sanidad, digamos la escuela. Y que el dinero público debe administrarse con cálculo y sensibilidad social, eso lo sabe la dependienta de los grandes almacenes de Valencia, el conductor del autobús urbano de Alicante, el pastor de Vistabella y los miles de hispanos, valencianos incluidos, que saldan estos días cívicamente sus cuentas con la hacienda pública: saldar no es otra cosa que pagar el resto del monto de los impuestos anuales o recibir el sobrante de ese monto, según nos canten los números en la Declaración. Poco o nada se le puede objetar a Séneca o al deber cívico que nos obliga a pagar con religiosidad nuestros impuestos. Tan clara y transparente es esta cuestión como confusa es la niebla despilfarradora de Canal 9. Sobre todo es confusa cuando el crisóstomo de la elocuencia y portavoz de nuestro gobierno central de derechas, cuando Miguel Ángel Rodríguez indica que su partido realiza una política de centro-izquierda. Porque, sin ir más lejos, aquí, donde el PP es también una sonrisa gobernante, nos encontramos a diario con centenares de jóvenes y adolescentes, entre 14 y 18 años, hacinados en sus escuelas, en instalaciones destartaladas y barracones, que son el reflejo de mucha irresponsabilidad, mal gobierno, falta de sensibilidad social y falta de las oportunas inversiones públicas en el momento oportuno. En L"Horta Nord, en la ciudad de Valencia, por Castellón o por Alicante, España va bien y el País Valenciano míticamente bien con escuelas destartaladas y alumnos con horarios intensivos y a deshoras. Somos de centro-izquierda con poco inglés, menos lenguaje y escasa matemática intensiva en escuelas públicas con todavía más escasa agua caliente para ducharse tras el ejercicio. Como somos de centro-izquierda, centenares de escolares le dirán adiós a las renovaciones pedagógicas y a las calidades de enseñanza en la escuela pública, porque no hubo inversiones ni instalaciones donde poder aprender sin hacinamiento y con dignidad. Y, aunque no sólo la escuela física hace la escuela, no cabe duda que unas instalaciones decentes suponen una necesidad inmediata. Pero, como somos de centro-izquierda, no nos dejaremos llevar por un agorero catastrofismo. Esos centenares de adolescentes de L"Horta, La Plana o L"Alacantí podrán aprender viajando, divertidos, de excursión a otras culturas que hallarán en otros no menos divertidos parques temáticos; quizás puedan prepararse para la vida y el trabajo en un curso acelerado del PPO; y, por qué no indicarlo, recibirán con toda seguridad una educación en valores, imitarán actitudes y procedimientos en Canal 9. Cuando aprieten el botón aprenderán de la experiencia de Raquel Mosquera en su peluquería, de cómo se comportan los íntimos de Mar Flores y Sofía Mazagatos. Sabrán cuántas veces copula un señor extraño de Ruzafa de más de cuarenta años y si una anciana de 60 se le insinúa a su marido en la cocina. Sabrán casi de todo menos qué es una trivialidad, qué es despilfarro superfluo, quién paga los 4.000 millones de pérdidas de Canal 9 o qué es el centro-izquierda y un mínimo de sensibilidad social.
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