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La defección de un liberal agrava la crisis que padece la derecha francesa

Democracia Liberal (DL), el partido que encabeza Alain Madelin, abandonó ayer la Unión para la Democracia Francesa (UDF), federación creada en 1978 por centristas, liberales y democristianos, al mismo tiempo que se negaba a fusionarse con Fuerza Democrática (FD), el más numeroso de sus aliados dentro de la UDF. El partido de Madelin, sin embargo, se declaraba dispuesto a participar en La Alianza, una nueva estructura unitaria impulsada por los presidentes de la UDF, François Léotard, y del gaullista RPR (Unión para la República), Philippe Séguin.

La iniciativa de Alain Madelin, anunciada desde hace ya más de 15 días, tenía como objeto lanzar una especie de OPA sobre una gran parte de la derecha francesa, desorientada después de la derrota en las legislativas de 1997 y en fase de explosión tras las regionales de marzo, cuando en varias circunscripciones la UDF y el RPR aceptaron, para conservar el poder, los votos del Frente Nacional (FN).La aparición de La Alianza cabe interpretarla como una maniobra destinada a limitar el impacto de la operación secesionista de Madelin, así como una tentativa, por parte de Séguin y Léotard, de conservar un puesto directivo cada vez más contestado. Madelin, que quería acelerar la defunción de la UDF proponiendo una dinámica unitaria a los liberales del RPR -los ex ministros Nicolas Sarkozy o Édouard Balladur-, se ha encontrado con alguien que ha disparado más rápido y también en nombre de la unidad.

Léotard, que hace apenas un mes enviaba a los supuestos 100.000 militantes de la UDF un cuestionario para interrogarles sobre qué futuro deseaban para la federación de partidos, no ha querido esperar que se confirmase el fiasco -menos de mil respuestas- de su gesto.

La Alianza, que ha sido acogida con un alborozo notablemente hipócrita por los barones de la derecha, tiene como objetivo frenar el poder de atracción del FN sobre los militantes de la derecha democrática. El «rechazo de todo compromiso con el extremismo» es el límite a la voluntad aglutinadora.

Charles Millon, que ha conservado su presidencia de la región Ródano-Alpes gracias al FN y que por eso mismo fue expulsado de la UDF, ha declarado que formará parte de La Alianza .

Todas esas complejas operaciones, que tienen mucho más de guerra entre jefes que de debate de ideas, vienen a sumarse a la guerra abierta que divide al gaullismo en el Ayuntamiento de París y que no devuelven el prestigio perdido a Jacques Chirac, un presidente de la República que no quiere o no sabe imponerse entre los suyos.

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