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La policía cree que el intento de asesinar a un ex agente se debe a un ajuste de cuentas por tráfico de drogas

La policía sospecha que el disparo que un desconocido realizó el viernes pasado contra José Gilart, un ex policía de 41 años implicado en el oscuro caso de dos asesinatos en un céntrico bar de Barcelona y vinculado con una banda de atracadores que invertía sus botines en la compra venta de cocaína y heroína, fue debido a un ajuste de cuentas por cuestiones de tráfico de drogas o por las otras actividades delictivas que supuestamente desarrolla el ex agente. Gilart recibió un tiro de un desconocido en la cara. La bala le salió por la nuca y le seccionó la médula espinal. Los hechos sucedieron el pasado viernes a las dos de la tarde en la Granja Andina, un bar regentado por el antiguo agente del Cuerpo Nacional de Policía en el tranquilo y acomodado barrio de Les Corts de Barcelona, justo detrás de la Illa Diagonal. Un desconocido, de tez morena según los testigos presenciales, entró en el bar y le pidió a José Gilart un paquete de tabaco. Éste se dio la vuelta para coger el paquete de una estantería y el desconocido sacó una pistola y le apuntó a la cabeza al ex policía, quien, al darse cuenta de las intenciones del supuesto cliente, de golpe giró la cara e instintivamente se agachó. El sicario disparó "a matar", según fuentes de la investigación, pero al ladearse y agacharse su víctima, la bala semiblindada le dio en un lado de la cara y, en trayectoria descendente, le atravesó la columna vertebral por la nuca y se empotró en una estantería. Intención de matar La policía sostiene que la intención del sicario era, sin ninguna duda, la de matar a Gilart de un tiro en la cabeza. La fatalidad y la reacción refleja del ex agente hicieron que la bala le seccionara la médula y no le matara. El ex policía fue ingresado en el hospital del Vall d"Hebron y su estado es gravísimo. De salvar la vida, los médicos señalan que Gilart se verá condenado a estar atado de por vida a una silla de ruedas, ya que quedará tetrapléjico. La policía señala que Gilart seguramente no desconfió en ningún momento de la actitud del presunto cliente que le pedía un paquete de tabaco, porque le dio la espalda sin mayores problemas. Por el mismo motivo, seguramente el sicario y la víctima no se conocían. José Gilart Navarra estuvo dos años como agente en el Cuerpo Nacional de Policía y lo abandonó poco antes de que fuera expulsado por múltiples expedientes disciplinarios acumulados en sólo 24 meses. El ex agente cobró triste fama a primeros de 1994 al ser detenido como presunto autor de la muerte de Clemente Viñas Montblanch, de 67 años, y de Francisco Sáenz Martínez, de 37. Viñas era el dueño del bar Snoopy, ubicado en la Gran Vía de Barcelona y muy próximo al paseo de Gràcia. Gilart, arrendatario del establecimiento, debía una gran cantidad de dinero a Viñas. Sáenz era recaudador de la Seguridad Social, organismo con el que el ex policía mantenía también una altísima deuda. Clemente Viñas fue visto por última vez el 13 de diciembre de 1993; Sáenz, cuatro días más tarde. Ambos fueron vistos con vida por última vez poco antes de entrar en el bar Snoopy. Desde aquellas fechas nadie los ha vuelto a ver nunca más ni vivos ni muertos. En las baldosas del Snoopy la policía halló restos de sangre de los dos desaparecidos. El año pasado, el juez que vio el caso absolvió a Gilart de los dos asesinatos por falta de pruebas, ya que los cuerpos de los delitos nunca han aparecido. El ex policía fue condenado a 19 meses de cárcel por falsedad documental. Gilart tiene cuentas pendientes con la justicia por varios atracos y múltiples episodios de tráfico de cocaína y heroína.

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