McRae relega a Sainz a luchar por el segundo puesto
El refranero español también se aplica en Córcega. Después de la tempestad llegó la calma y la sexta prueba del Mundial vivió con normalidad una lucha apretada entre Carlos Sainz y los pilotos de Subaru. Siguió siendo importante la elección de neumáticos, pero ya no resultó el factor en mayúsculas. Y el pilotaje recuperó su protagonismo sobre la climatología. El escocés Colin McRae, que estuvo a punto de ser descalificado al final de la primera etapa, defendió su liderato y afronta hoy con ventaja la última jornada. Sainz y el italiano Piero Liatti, separados por sólo cuatro segundos, lucharán por la segunda posición.Las diferencias entre unos y otros entraron ayer dentro de un cauce lógico. Los pilotos no tuvieron que mirar al cielo cada minuto ni buscar en la radio el consejo salvador de los abrepistas. Fue todo mucho más rutinario: Sainz pudo preocuparse de los Subaru, y éstos de Sainz. Entre ellos tres se repartieron los mejores tiempos en los seis tramos que se disputaron por el interior de la isla.
«Hemos hecho un buen trabajo», reconoció el piloto español, que empezó el día en cuarta posición y, en su intento de alcanzar a McRae, superó enseguida a Liatti y al francés François Delecour (Peugeot). Sin embargo, lo que no consiguió fue acercarse al piloto escocés. «Va a ser muy difícil pelear por la victoria porque Colin tiene una ventaja importante», dijo Sainz.
El líder de la carrera se salvó el lunes de la descalificación después de varias horas de incertidumbre. Primero los comisarios deportivos le excluyeron por haber utilizado unos neumáticos que no tenían dibujo al final de un tramo, algo que está prohibido por el reglamento. Pero después le readmitieron al considerar que no había existido mala fe en esa maniobra. Luis Moya, el copiloto de Sainz, se mostró muy crítico con la actuación de los comisarios por su manera de complicar la situación.
Ayer, sobre el asfalto, McRae volvió a ser el más rápido para despejar cualquier duda. Ganó tres de los seis tramos del día y estiró su ventaja para dejar el rally casi sentenciado. Ya venció en Córcega el año pasado, demostrando que se siente cómodo en la isla.
Si el tiempo no dicta lo contrario, el interés de la última etapa, con seis tramos y 134 kilómetros, se centra en la lucha entre Sainz y Liatti. El piloto madrileño pasó ayer momentos de zozobra por culpa de unos pequeños fallos en el motor en los primeros compases de la etapa. Incluso tuvo que echar él mismo un vistazo bajo el capó antes de la salida de un tramo, pero después el coche no falló y en la siguiente asistencia sus mecánicos solventaron la leve avería. Sainz no volvió a notar nada y logró el mejor tiempo en dos tramos. Parte con 4,7 segundos de renta sobre el italiano. Tras ellos ni Delecour ni el también francés Didier Auriol (Toyota) están muy cerca.
A Sainz le conviene sumar tantos puntos como pueda -el segundo obtiene seis y el tercero cuatro- para el Mundial, ya que tiene una buena oportunidad para consolidarse al frente del campeonato. Ayer abandonó el inglés Richard Burns, su perseguidor inmediato, consumando el fracaso de Mitsubishi, que ya había sufrido la retirada de Tommi Makinen el lunes.
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