"Rey Otto" y el milagro del Kaiserslautern
Otto Rehhagel es un perro verde cabezota que hace dos años parecía haber dado con un hueso demasiado duro de roer. El Bayern Múnich lo despidió expeditivamente del banquillo. Era el fin, dijeron todos. Es el fin, repitieron cuando Rehhagel sólo pudo encontrar acomodo en un club de Segunda. En el Kaiserslautern se enterraría su historial, previeron los sabios. Una historia típica: el entrenador que alcanza la fama sacando a un equipo, el Werder Bremen, de la nada para convertirlo en un grande circunstacial (dos Ligas y la Recopa de 1992); que después llega a un grande natural, el Bayern Múnich, y fracasa.Pero pocas historias típicas han tenido la continuación que Rehhagel ha dado a la suya. Pocas han dado a su protagonista la posibilidad de decir, un par de años después «ha sido milagroso, un cuento de hadas futbolístico», como afirmó el sábado Rehhagel pocos minutos después de que el Kaiserslautern ganara la Bundesliga.
Rey Otto le llaman ahora. Rey Otto como reconocimiento general de que el milagro del Kaiserslautern es simplemente el trabajo de un entrenador único capaz de convertir en oro una plantilla de carbón. Seis de los jugadores que el sábado bailaban el título en el césped del estadio Betzenberg habían llorado hace dos años en los vestuarios del campo del Bayer Leverkusen el descenso a Segunda. Su único fichaje espectacular, el del suizo Ciriaco Sforza, costó sólo 500 millones de pesetas.
Rehhagel volverá hoy al vestuario del equipo y cuidará, como siempre, de todo. Dictará la táctica y dejará que los jugadores le confiesen sus problemas personales. Y puede que vuelva a recordarles lo que dijo a sus pupilos del Werder Bremen hace unos años.
Muy pocos espectadores acudían a los entrenamientos del equipo, y un día sólo fue uno, un anciano apoyado en un bastón. Rehhagel paró la sesión y preguntó a sus jugadores si alguno conocía al hombre. «No», respondieron. Rehhagel les dijo que aquel hombre había sido en sus tiempos un importante jugador del Schalke 04. «No se acuerdan de él», dijo. «Pue piensen sobre ello porque algún día seguro que les pasa a ustedes lo mismo».
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