El Athletic se proyecta a Europa
El conjunto bilbaíno fulmina al Oviedo tras un gol de Ziganda con la mano
El Athletic ganó con lo puesto y como siempre, jugando a la inversa, otorgando un tiempo al rival para que se serene y apuntillando el resultado al toque de la «Heróica». Bien es cierto que antes necesitó añadir una circunstancia más a las muchas que se concitaban en el encuentro: una mano de Ziganda que sólo el trío arbitral no vio en San Mamés le procuró el primer gol y la tranquilidad para certificar el pasaporte europeo. Salvo que el Mallorca alcance la segunda plaza, el Athletic es matemáticamente equipo de UEFA.El Athletic jugó como siempre: sin demasiada combinación y con exceso de energía positiva y jugó a la inversa porque defendió con profusión de delanteros y procuró sus ocasiones cuando su actitud resultaba más conservadora. Un discurso habitual en el Athletic del final de temporada que tiene a bien reducir el minutaje de los partidos a una estreha parcela emotiva. El Oviedo, sumido en un conflicto interior, desperdició su momento, aquel que trascurrió en los momentos cálidos de la primera mitad, cuando dispuso de dos ocasiones de Gamboa y Juan González resueltas con apuros por Imanol Etxeberria. Si hubiera que determinar en una imagen el perfil del conjunto asturiano, bastaría fijarse en el ruso Onopko, una sombra de sí mismo, un vestigio del pasado.
Athletic: I
Etxeberria; Larrainzar, Carlos García, Alkorta, Larrazabal; Guerrero, José Mari (Urrutia, m. 87), Alkiza; J. Etxeberria, Urzaiz (Lasa, m. 85) y Ziganda (Javi González, m. 67).Oviedo: Buljubasich; Berto, César, Gamboa, Rivas, Manuel; Iván Iglesias, Onopko (Dely Valdés, m. 45), Paulo Bento (Moreno, m. 76); Juan González e Iván Ania (Dubovsky, m. 76). Goles: 1-0. M. 44. Libre directo que ejecuta Alkiza y Ziganda, con la mano, envía a la red. 2-0. Centro desde la izquierda de Guerrero y cabezazo de Urzaiz anticipándose a la mala salida de Buljubasich. 3-0. M. 91. Tiro de Etxeberria que despeja Buljubasich y Lasa marca a puerta vacía. Árbitro: Brito Arceo, del colegio tinerfeño. Expulsó a César y amonestó a Manuel, Buljubasich, Gamboa, Rivas y Alkiza. Unos 40.000 espectadores en San Mamés.
Luis Fernández cultivó la estética con una alineación sin centrocampistas, otorgando a Alkiza y Guerrero una ancha pradera para trabajar más que para divertirse. El resto, atacantes o defensores, aunque entre los primeros figurase Ziganda (reconvenido a extremo izquierda en su declive) y entre los segundos Jose Mari, teóricamente el hombre puente entre ambas líneas. La estética no le produjo rendimiento, más allá de una jugada fortuita de Joseba Etxeberria. Era más una cuestión protocolaria, casi un tanteo de las intenciones del Oviedo que se aposentó en San Mamés con bastante orden y sobreviviendo sin apuros a las presuntas acometidas rojiblancas. La profusión de balones frontales a Urzaiz le favorecían la contención y su mejor dominio del balón le permitía marcar el ritmo y el orden del encuentro.
Y en esto llegó la mano de Ziganda en un barullo en el área y desenmarañó la situación. El Oviedo se descentró, se perdió en si mismo y el Athletic se dispuso a su tarea habitual. Tabarez dio entrada a Dely Valdés y ordenó la ofensiva. Luis Fernández mantuvo su columna de delanteros aunque la principal tarea seguía siendo defender lo que la justicia otorgó con el ojo tapado. Era lo habitual. Agazapado y ante rivales cansados, el Athletic luce mejor. En esto apareció Alkiza y reclamó el balón, llamó a Julen Guerrero a su lado y Etxebetrria comenzó a correr de verdad. Llegó el segundo gol, en un precioso cabezazo de Urzaiz, y finalmente el tercero, en una genial jugada de Alkiza.
Ayer se trataba de certificar (casi definitivamente) una plaza en la Copa de la UEFA. Salvo que el Malllorca quede segundo y el Real Madrid pierda la Copa de Europa, misión cumplida. Pero antes los jugadores querían disfrutar de 24 horas (al menos) en la segunda posición.
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