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FÚTBOL 36ª JORNADA

Cvitanovic y Aldeondo dan el triunfo a la Real

Diecisiete años después, El Molinón volvió a acoger una fiesta donostiarra. No estaba en juego un título de Liga como aquel que se llevó la Real Sociedad con un gol de Zamora en el minuto 90, ni el rival se encontraba en condiciones de engrandecer el logro blanquiazul. Pero la Real es un equipo que no se distrae. Inyectada de sobriedad alemana de su técnico y apoyada por más de 3.000 ruidosos aficionados, la Real no dejó la más mínima opción a la duda. Los goles de Cvitanovic y Aldeondo fueron, además, el mejor reflejo de esa sabia mezcla de fichajes extranjeros y cuidado por la cantera que mantiene al equipo guipuzcoano entre los mejores.La Real sólo tuvo rival, entendido como el equipo capaz de aspirar a algo más que aguantar el 0-0, en el primer minuto, recién puesto el balón en juego, el Sporting sorprendió con una jugada por la derecha y un remate de Mario que Alberto sacó junto a la escuadra.

Sporting: Juanjo; Otero, Trotta (Tomás, m

59), Pablo; José Manuel, David Cano, Mingo; Mario (Kaiku, m. 77), Manolo; Miguel y Tcherishev.Real Sociedad: Alberto; Fuentes, Loren, Pikabea, Aranzábal; Mild, Gómez; Kuhbauer, Mutiu (Antía, m. 75); Kovacevic (De Paula, m. 59) y Cvitanovic (Aldeondo, m. 66). Goles: 0-1. M. 20. Cvitanovic marca de disparo ajustado al poste. 0-2. M. 89. Aldeondo manda el balón a la escuadra tras jugada personal. Árbitro: Megía Dávila. Tarjetas amarillas a Mario, Tcherishev, Trotta, Otero, Pikabea y Mutiu. Unos 15.000 espectadores en El Molinón.

A las órdenes de Loren, la defensa donostiarra dio unos pasos al frente y se juntó con un centro del campo que a fuerza de insistencia, colocación y sincronía de movimientos, fue dominando todos los resortes del juego. Mild y Gómez, erre que erre, rebañaban todos los balones en la zona y se los ofrecían a Kuhbauer y Mutiu para que conectasen con los dos puñales balcánicos.

Los tres mil y pico guipuzcoanos que asaltaron El Molinón tuvieron que esperar 20 minutos para cantar el gol que todo el mundo daba por suficiente. Antes lo impidió Juanjo, que acabó de estropear la fama de Kovacevic como lanzador de penaltis, aunque en esta ocasión el yugoslavo lo lanzó bien, ajustado al poste. El error fue un detalle sin importancia, dada la superioridad de la Real Sociedad, que quedó reflejada numéricamente con un zurdazo de Cvitanovic al que no pudo llegar Juanjo. Así escribe la historia esta Real: fortaleza defensiva casera y dinamita extranjera.

Con el gol anulado al joven Miguel en el minuto 57, el Sporting vio alejarse la última oportunidad. Ya en los últimos momentos, el Sporting recibió el mazazo definitivo con el gol de Aldeondo. Fue en el minuto 89, casi como el de Zamora hace 17 años, y además de asegurar el pasaporte europeo para la Real sirvió para comprobar que la cantera guipuzcoana también fabrica delanteros.

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