La muerte de otro herido eleva a 11 las víctimas del siniestro de Alicante

El fallecimiento de uno de los heridos que ingresó el domingo en estado crítico en el Hospital General de Alicante tras precipitarse un autobús por un puente de la autopista A-7 en Villafranqueza (Alicante), elevó ayer a 11 el número de víctimas mortales. Las autoridades aún no han dado una versión oficial sobre las causas del accidente. El subdelegado del Gobierno en Alicante, Luis Garrido, aseguró ayer que el autobús circulaba a 112 kilómetros por hora. La empresa del autobús dice que llevaba un limitador de velocidad.

El estado del herido era crítico desde que el domingo por la tarde ingresó en el Hospital General de Alicante tras resultar herido en el accidente. Salvador Herrero, de 72 años, no pudo recuperarse y murió ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del centro hospitalario. Con su muerte, son ya 11 los pensionistas que han perdido la vida a consecuencia del siniestro. Herrero, emigrante español en Francia -como la mayoría de los accidentados- viajó con su mujer, Emilia Anastasia Gutiérrez, a Benidorm para pasar unos días en su país de origen gracias al programa Vacaciones Tercera Edad del Imserso. El brutal accidente le provocó múltiples heridas y fracturas. Su mujer, de 68 años, se recupera de sus heridas leves en el mismo hospital en el que falleció su marido. El último parte médico contabiliza 29 personas hospitalizadas, tres de ellas muy graves, en los distintos centros alicantinos a los que fueron trasladadas los heridos. En el Hospital General de Elche permanece en estado crítico Antonia Sánchez Ramírez, de 69 años. En el de Alicante, José Manuel Puente, de 76 años, y Pío Orantes, de 65, están internados en la UCI. Los familiares de los primero 10 fallecidos iniciaron ayer el traslado de los restos para enterrarlos en las localidades de origen de las víctimas. Sin versión oficial Mientras, y aunque el informe de la Guardia Civil para esclarecer las causas del accidente todavía no se ha hecho público, el subdelegado del Gobierno en Alicante, Luis Garrido, aseguró ayer que el tacómetro del vehículo marcaba una velocidad de 112 kilómetros por hora, cuando el máximo permitido para transporte de viajeros por autopista es de 100 kilómetros por hora, incluso en adelantamientos. Sin embargo, el autobús siniestrado disponía de un limitador de velocidad que impedía al vehículo circular a más de 100 kilómetros por hora, según explicó a Efe el portavoz de La Agostense, empresa propietaria del autocar, Francisco Limorte. El portavoz añadió que el vehículo, matriculado el pasado enero, es uno de los últimos cinco autocares comprados por la empresa, y que presentan, entre otros elementos de seguridad, un dispositivo que interrumpe el paso de carburante cuando la velocidad alcanza los 100 kilómetros por hora. Pero aparte del dato de la velocidad, contradictorio, las autoridades aún no han ofrecido una versión oficial de las posibles causas del accidente. No obstante, todos coinciden en señalar que el viento y la lluvia -una tormenta primaveral, seguida de fuertes golpes de viento había mojado el asfalto y lo convirtió en una peligrosa pista resbaladiza- fueron determinantes para que el autobús se saliese de la calzada. El delegado del Gobierno en la Comunidad, Carlos González Cepeda, no quiso ayer confirmar el dato de la velocidad a la espera de conocer el informe de la Guardia Civil.