El Oviedo suma su sexta derrota consecutiva

El Oviedo rumia en silencio y vive abandonado en su peor racha desde que está en Primera. Frente al Valladolid se repitió la operación de 15 días antes. Los seguidores del equipo castellano se adueñaron del ambiente y dejaron frío y en silencio al resto del estadio. El Oviedo también se comportó como de costumbre. Un equipo tan absolutamente previsible que cualquier rival, tenga la entidad que tenga, lo frena 30 o 40 metros antes de llegar al área. De este modo, suma ya seis derrotas consecutivas, tres de ellas en campo propio y todas con el mismo resultado de ayer. El Oviedo juega estático, igual, repite una vez y otra las mismas operaciones sin asustar lo más mínimo a ningún rival.

El equipo asturiano está despachando la peor segunda vuelta de la Liga, sólo comparable a la del Sporting, que desde hace tiempo ha dejado de ser un equipo de esta categoría. Tabarez no ha encontrado, quizá porque no lo ha buscado, un antídoto contra la situación. Algunos jugadores que fueron muy importantes durante la primera vuelta, como Pompei o Juan González, están ahora en situación de desaparecidos. Dely Valdés tampoco ayuda y ayer el único que empujó un poco pero ya tarde fue el jovencísimo Iván Ania. De Dubovsky poco puede esperarse. Además de su habitual actitud alejada de cualquier compromiso, ayer incluso se enfrentó con el sector de la afición más radical y más fiel al equipo, lo que le costó una bronca casi permanente hasta el final del partido.