"El turismo no puede convertirse en el único motor de las zonas rurales"
Josep Tortosa Presidente de la Red Española de Desarrollo Rural Recientemente, el valenciano Josep Tortosa asumió la presidencia de la Red Española de Desarrollo Rural, un organismo en el que se integran el centenar largo de programas Leader II que gestionan en España los fondos que la Unión Europea destina a zonas deprimidas.Josep Tortosa (Canals, 1959), actual gerente del programa Leader II para la zona del Macizo del Caroig, con sede en Enguera (La Canal de Navarrés), sustituyó al andaluz Antonio Perales al frente de la Red Española de Desarrollo Rural, un organismo creado en 1995 y cuya nueva directiva, según Tortosa, se ha marcado el objetivo prioritario de "estar presentes, de una forma activa, en todos aquellos foros en los que se vaya a decidir la política futura de desarrollo rural". "Por mucho que nosotros incidamos en el desarrollo de esta zonas, es imprescindible una actuación integral de todas las administraciones para que el crecimiento se mantenga", agrega Tortosa. Pregunta. ¿Cuál es la función de la Red Española de Desarrollo Rural? Respuesta. Lo que se pretendía, aprovechando la iniciativa comunitaria Leader II, era multiplicar las posibilidades de las zonas rurales. Uniendo los esfuerzos de todos los programas se pueden defender mejor nuestros intereses y se pueden organizar proyectos y actividades de forma conjunta. La Red no pretende ser un grupo de presión, pero sí hacer valer nuestros intereses ante las administraciones. P. ¿Están preparando el terreno para cuando la Comunidad Valenciana y otras zonas del Estado dejen de ser Objetivo número 1 de la UE? R. Es cierto que la Agenda 2000, aprobada recientemente por la Comisión Europea, va a cambiar sustancialmente la política comunitaria de fondos estructurales. Pero se va a mantener una iniciativa de desarrollo rural que, conforme está planteada, no tiene ningún tipo de limitación y puede ser aplicada en cualquier región, ya sea objetivo 1 o 2. Eso implica que la reforma no afectará a las iniciativas Leader de la Comunidad Valenciana, incluso en el supuesto de que dejase de ser Objetivo 1. Y también se prevé, de darse el caso, un periodo amplio de adaptación que podría llegar hasta el año 2005 o 2006. Lo que está claro, por otras razones, es que a la Comunidad Valenciana le interesa ser Objetivo 1. De hecho, existe preocupación entre las fuerzas políticas por lo que pueda pasar, lo que no deja de ser chocante. Deberíamos estar contentos de haber superado la barrera del 75 % del PIB, pero tampoco podemos perder las ayudas. P. ¿Cómo repercute el Leader II en el desarrollo de las zonas rurales? R. Si hablamos en términos cuantitativos, económicos, el Leader no maneja cantidades importantes. Lo interesante de estos programas es el efecto multiplicador que generan en la zona. Las iniciativas realizadas a través del Leader que resultan atractivas se pueden transferir a otros lugares. Además, son los agentes sociales, políticos y económicos de las propias zonas los que deciden sobre su propio desarrollo, lo que supone una gran innovación. No es un programa de subvenciones de la Generalitat o la Diputación, sino que el poder de decisión para gestionar los recursos lo tiene cada grupo local, que es el que está más cerca y conoce su realidad. P. Estos programas inciden especialmente en desarrollar el turismo rural. ¿Han encontrado las zonas rurales su panacea? R. El Leader I centró un 80% de sus inversiones en la potenciación del turismo rural. Eso ha implicado una fuerte inversión en restauración, alojamientos y actividades complementarias con muy buenos resultados. Pero fallaba algo: difícilmente el turismo rural, por sí solo, puede convertirse en el único motor de este tipo de zonas. No se pueden dejar de lado la formación, el impulso de nuevas actividades productivas, la conservación del medio ambiente... Y el Leader II se plantea el turismo como una cuestión importante, porque existen recursos en cuanto a parajes naturales y patrimonio, pero debe ser acompañado de otras actividades. Se ha impulsado una mejor gestión y comercialización de los productos agroalimentarios, se ha potenciado el cuidado del medio ambiente, se ha mirado por la recuperación del patrimonio, etcétera. P. Estas ayudas no impiden que exista bastante malestar, sobre todo entre los agricultores valencianos, respecto a las políticas comunitarias. R. No sería prudente que contestara a esta pregunta, porque las zonas de actuación del Leader se dedican a un tipo de agricultura bastante diferente a la que se practica en las comarcas centrales y costeras. De todas formas, hay que ser conscientes de que cualquier tipo de política agrícola o industrial se debe plantear desde la óptica europea. Eso comporta aspectos positivos y otros que no contentan a todos. Para la Comunidad, la incorporación a Europa ha comportado beneficios muy importantes, caso de las inversiones realizadas gracias a los fondos estructurales. P. Hay quien piensa que se está fomentado el pan para hoy... porque las ayudas comunitarias no van a ser eternas. R. Los programas europeos serán tan eternos como sean los desequilibrios territoriales, y las zonas rurales siempre van a tener una problemática mucho más complicada que las zonas urbanas en cuanto a crecimiento económico y posibilidades de crear empleo. Mantener los recursos de estas zonas supone garantizar que la población no abandone las zonas rurales. Y la única manera de garantizar esto es crear actividades productivas que hagan que la gente arraigue en su zona y crea que el medio rural es un entorno de calidad para vivir. Se critica a veces que la UE sólo tiene el macroobjetivo de la convergencia económica. Pero el proyecto de Europa debe ser también el de la solidaridad y la corrección de los desequilibrios entre las regiones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.