Andalucistas

L os andalucistas han tenido la virtud de situarse en el ojo del huracán. Notablemente preocupados por el crecimiento de las expectativas electorales del PSOE, lo que devalúa su papel como formación clave e imprescindible para garantizar una mayoría estable, comprueban cómo se derrumba toda su estrategia. Una trayectoria que tenía como objetivo diferenciar su discurso y reforzar así su papel como organización necesaria para la gobernabilidad de Andalucía, gane quien gane, socialistas o populares. Ya desde aquí se anunciaba que el tiro se había seleccionado lo suficiente como para debilitar las ilusiones del PA. El escándalo montado en torno a los créditos de Pedro Pacheco y más tarde sobre la incompatibilidad del consejero Antonio Ortega como secretario de actas de la Caja San Fernando, confirmaron este vaticinio. En todo caso, no deja de ser el principio del largo calvario que les espera en esta legislatura. El propio Ortega habrá de comparecer este martes en la Comisión del Estatuto del Diputado, presidida por Diego Valderas. De ahí pueden salir sanciones disciplinarias por su omisión ante el Registro de Intereses de la Cámara de su pertenencia al consejo de administración de dicha entidad de ahorro. Por si fuera poco, la confirmación esta semana de la dimisión de Antonio Reyes como viceconsejero de Turismo y Deportes viene a añadir más leña al fuego permanente en el que se queman las ilusiones andalucistas. Un partido que parece, de esta forma, proclive a la crisis continua y que puede recobrar tiempos pasados, marcados por el "navajeo" interno. Todos a la Feria Ahora viene la Feria de Sevilla y con ella la ralentización de la vida política andaluza. Hasta el punto de que se tendrá que esperar a su conclusión para conocer si, efectivamente, hay posibilidad alguna de acercamiento entre la Administración central y la Junta de Andalucía. Un extremo éste que se ha convertido en algo más que un deseo después de la carta, en tono conciliador, de José María Aznar a Manuel Chaves. Eso sí, la fiesta sevillana será buena excusa, al igual que ya ocurriera en Semana Santa, para el aterrizaje en nuestra tierra de ministros y demás altos cargos del Ejecutivo del PP. Bienvenidos sean, dirá Manuel Chaves, tal y como ya comentó ante la avalancha gubernamental en la pasada Semana Santa. Pero el propio Chaves tampoco estará para mucha fiesta. Perdió su opción por Almunia, aunque salvó el tipo en Andalucía. Hoy en la ejecutiva regional se analizarán los resultados, preocupados sin duda por determinar además si estas primarias traerán consecuencias no deseadas que alteren el equilibrio político existente en la actualidad en el seno del socialismo andaluz. Al margen de estas disquisiciones internas, tanto PSOE como PA arreciarán sus críticas contra los populares, ahora por su afán de controlar la afiliación política de los periodistas andaluces. Un intento de imitar prácticas similares puestas en marcha en Castilla y León y Galicia y que, sin embargo, ha cortado de raíz el secretario general del PP andaluz, Juan Ojeda. En el ámbito sociolaboral, las organizaciones agrarias continúan sus trabajos para lograr que la huelga prevista para el 14 de mayo contra la OCM de Fischler sea todo un éxito. Con cierto optimismo, además, la Consejería de Trabajo e Industria presentará hoy los resultados de la gestión que lleva a cabo en diversas empresas. Unos números que arrojan balances positivos con los que pretenden acallar las insistentes críticas de la patronal andaluza, nada favorable a que la Junta se convierta en un "hospital de empresas en crisis".