A medio camino entre Jospin y BIair
Hace más de 10 años, su padre, un panadero de La Pobla de Segur,como ya todo el mundo sabe, estaba angustiado por 'los líos políticos" en que se estába metiendo su hijo "en Madrid". Se lo decía a un amigo el entonces secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. Y seguía: "Con lo bien que estaría aquí como delegado de La Caixa". Sin duda, el empleo más confortable y seguro en el horizonte de un pueblo del Pirineo. Pero su padre no podía imaginarse lo lejos que llegaría su hijo y, sobre todo, lo querido que sería en su pueblo. El pasado viernes, votaron a Borrell todos los militantes del pueblo, 29. En su provincia, Lleida, logró la confianza del 93% de los afiliados al PSOE.
En los últimos años, Borrell ha aprovechado los periodos de vacaciones para volver con las gentes y montañas de su infancia. El reencuentro ha funcionado. "Cuanto más importantes han sido sus cargos más se ha humanizado", comenta un amigo de juventud. Otros destacan "su especial sensibilidad por la gente mayor".
Los resultados de las primarias han demostrado que el estereotipo que habían creado sus adversarios de un hombre arrogante encaja muy poco con la realidad. La experiencia dice todo lo contrario. Borrell conecta y contagia. El 24 de abril se ha iniciado una nueva etapa para los socialistas. Mientras estaban las urnas abiertas, se generaba un nuevo proceso de afiliación en pueblos de Cataluña: en Molins de Rei (21), en Balaguer (7). No son casos aislados.
Son un síntoma que conecta con el llamamiento que el mismo día de las elecciones hacía José Borrell invitando a los simpatizantes a afiliarse, una oferta que no era fácil de oír en boca de los dirigentes.
Aunque su pensamiento está más cerca de un defensor del sector público como Lionnel Jospin, su estilo didáctico y abierto recuerda a Tony Blair. La intuición de buscar nuevos afiliados entre los jóvenes recuerda la experiencia del dirigente socialista británico. Peter Mandelson y Roger Liddle en su libro La Revolución de Blair recuerdan que "la mayor entrada de militantes se produce cuando el Partido Laborista está más presente en los medios. Desde que Blair asumió el liderazgo, más de 130.000 personas han ingresado en el Labour".
Borrell es sin duda el político con mayor capacidad para explicar en un lenguaje sencillo los problemas más complejos. Pero también el que ofrece soluciones que inspiran más confianza. En cierta medida, es la antítesis del prototipo de político que se esfuerza por no comprometerse cuando opina.
Quizá por este claro compromiso, las presiones de Manuel Chaves no impidieron un buen resultado de Borrell en Andalucía. Manolo Lahoz, un carismático antifranquista de Motril, que siempre ha militado a la izquierda del PSOE, lo resumía: "Aquí, el recuerdo de Borrell es el de su época en Hacienda. Desde entonces, quedó la imagen de alguien que defendía a los humildes y era exigente con los ricos".
Seguramente José Borrell es el político del que mejor se conoce su pensamiento político. Un buen resumen es su decálogo para las primarias,"hay que replantear el sistema capitalista: la sanidad, las pensiones, la educación y el trabajo no son mercancías sino derechos".
Su pasión por la igualdad como objetivo político prioritario no le impide admitir que Ias sociedades libres reposan sobre dos pilares: la democracia y el mercado. Las sociedades que pretenden apoyarse sólo en uno de ellos se rompen. Como se rompió la Unión Soviética al suprimir el mercado. 0 como se están fracturando por dentro las sociedades ultraliberales que pretenden que el mercado lo arregle todo". Un proyecto ambicioso que no puede acomplejar a quien tiene como ídolo al descubridor Francisco de Orellana, que partió en busca de El Dorado, donde se halla la felicidad.
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