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La Asociación de Investigadores para la Paz reclama en Castellón fondos para prevenir los conflictos bélicos

Durante unos días, Castellón ha sido la capital del movimiento español a favor de la pacificación y de la resolución de conflictos. El Centro Internacional Bancaja por la Paz y el Desarrollo, creado en 1996, ha acogido este fin de semana a una docena de representantes de entidades similares que desde el ámbito universitario, de las ONG o fundaciones privadas, trabajan en la prevención de conflictos bélicos. Dichas entidades han establecido una red, recién nacida, bajo del nombre de Aipaz (Asociación Española de Investigación para la Paz). Su trabajo, como dice el director del master por la paz -que lleva realizándose tres años en Castellón-, Vicent Martínez Guzmán, consiste en "anticiparse varios años en lo que será una obsesión de los estados: cómo frenar una contienda, cómo mediar en un proceso de paz y cómo controlar la vertiginosa carrera armamentística". Vicenç Fisas, presidente de Aipaz y titular de la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Barcelona, quiere potenciar la cultura de la paz. Sin embargo, reconoce que "la Unesco gasta tan sólo lo que vale un tanque para fomentar los valores de la paz, frente a todos los miles de carros de combate que se fabrican cada año para destruir a un hipotético enemigo". La asociación, implantada ya en 12 ciudades y que celebró ayer su primera asamblea general, pretende incorporar estas materias a los planes de estudios, crear fondos documentales sobre la paz y concienciar a las fuerzas políticas de que ya no vivimos en "plena guerra fría". "Nuestra sociedad", recuerda Fisas, "sigue siendo prisionera de las viejas ideas del militarismo". Así, el mantenimiento del futuro ejército profesional español, a juicio de los miembros de esta asociación, tendrá un coste desorbitado. El presidente de Aipaz reclama que al menos el 1% de los presupuestos dedicados a innovar en armamento y en las sofisticadas maneras de matar se destinen a todo lo contrario: a investigar cómo desterrar la guerra. La ciudad de Castellón, anfitriona de este encuentro de pacifistas, en la sede de la Fundació Caixa Castelló, ha dado ya un primer paso. Cada año, cerca de medio centenar de alumnos, la mitad de países en vías de desarrollo, se inscriben y asisten al master de Estudios por la Paz de Castellón.

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