_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Gigantes

Hay personas que, dotadas de un poder inconfundible, antiguo y exclusivo, alcanzan en un punto de su vida la condición de gigantes humanos. Cuando estos seres se despiden de una reunión en la que estamos, medio mundo se despide con ellos, y cuando reaparecen en otro momento, allí donde nos hallamos, el espacio reluce de golpe como en un cuadro. No importa, en muchos casos, que estos ejemplares sean famosos, ilustres o eruditos, su naturaleza es en sí una excepción que convierte en lujo la simple relación con ellos. Algunas mujeres elegantes, perspicaces y especialmente hermosas representan bien a esta raza que ni se degrada ni pierde poder con la vejez. El tiempo que tanto nos derruye a los demás se deposita en ellas como un sedimento de alta calidad y no parece, de esta manera, que vayan a morir nunca. Más aún: habiendo estado a su lado, el futuro se hace impensable sin su visión. Exactamente, imposible de concebir, inaccesible al pensamiento. Aparecen o se las encuentra -cuando se posee esta fortuna- formando parte de lo más definitivo del universo y es así tan difícil imaginar su fin como lo es eliminar un amanecer o la fragancia de un bosque. De ahí que su muerte, cuando ocurre, nos arrebate un gran pedazo de la fe en la cordura de Dios o en la neutralidad del destino.

No hace falta ser un personaje mundial como Octavio Paz y otros grandes parecidos para suscitar esta clase de atracción humana, aunque sea él quien haya impulsado hacia este texto. De vez en cuando, entre los conocidos, los amigos o la familia emerge esta estatura gigante. Personas con un aforo de que la vida, en general, reluce a su costado y nunca los días recuperan su valor cuando se apagan. O, mejor: cuando su luz, todavía alentando en la memoria, acentúa el compacto dolor de la sombra.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_