Vuelve el divorcio en Chicago

La historia de un hipotético sexto título de la NBA, el que conseguiría Chicago caso de ganar, será la historia de un divorcio entre los jugadores y el club. Será la historia de un equipo que será desmantelado pase lo que pase. Será la historia del mejor jugador de todos los tiempos obligado a retirarse antes de que haya llegado alguien que demuestra ser mejor que él. Las relaciones entre los miembros del equipo y los miembros de la gerencia son malas, pero se acentúan conforme pasan las semanas. Phil Jackson, el técnico de Chicago, calificó de "perro de presa" y de "traidor" al gerente del club, Jerry Krause. "Es un hombre sin ninguna consideración por las personas, su espíritu antisocial lo refleja en la gestión en el cargo y el año pasado no rompió el equipo porque el dueño se lo impidió". Y Krause contestó inmediatamente: "Aquí no hay ningún traidor, aunque estoy convencido de que dentro del equipo existe la profesionalidad suficiente para hacer las cosas necesarias para ganar".

Chicago lucha por "tripitir" como se define allí el hecho de ganar, por tercera vez consecutiva, un título de la NBA. Lo consiguieron en los años 91, 92 y 93 y ahora quieren hacerlo en el 96, 87 y 98. En aquella primera época, Chicago acabó la temporada regular con 61, 67 y 67 victorias, respectivamente. La eficacia de este Chicago de finales de siglo es mayor: habrán acabado la temporada regular con 72, 69 y 62 victorias.