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FÚTBOL SEMIFINALES DE LA LIGA DE CAMPEONES

Hace 17 años eran niños... hoy, piezas clave

Morientes duerme, Karembeu toma cafés y no habla y Raúl anuncia que marcará

Mábel Galaz

Hace 17 años, el Real Madrid jugó su última semifinal europea. Fernando Morientes acababa de celebrar su quinto cumpleaños. "A esa edad no sabía qué era el fútbol; bueno, supongo que tendría alguna pelota de plástico para jugar con mis amigo". Raúl tan sólo tenía tres. "Tan pequeño como era creo que estaría ese día en la cuna". Karembeu, por esas fechas, era un chaval de ocho años, que jugaba al fútbol en las playas de Nueva Caledonia sin saber tan siquiera que existía España. Diecisiete años después, los tres son piezas clave en el equipo que el Madrid presentará hoy ante el Borussia Dortmund, primera estación antes de la final de Amsterdam. Ellos, cómo el resto de la plantilla, sueñan con la séptima Copa de Europa, aunque se han conjurado para combatir la euforia. "Hay que salir a ganar". "Debemos olvidarnos del partido de ida. El de hoy es otra final".El mensaje que la plantilla traslada sobre sus intenciones para el partido de esta noche es rotundo: hay que marcar un gol cuanto antes. Cuando se piensa en quién puede hacerlo, sólo aparecen tres nombres: Morientes, autor de cuatro goles en la Liga de Campeones; Karembeu, que ha marcado en los tres partidos que ha disputado; y Raúl, a quien el gol se le niega desde el 3 de enero, pero que atesora tanto fútbol que algún día puede volver a aparecer.

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"Claro que sé que se piensa en mí para marcar", reconoce Morientes. "Para mí es una responsabilidad pero no la eludo. Me gusta tener esa presión, me motiva. Pero yo no soy el único que puede hacerlo y eso quiero dejarlo claro". El delantero se crece ante los retos, no hay duda. "Este es el partido más importante de mi vida, jugué la Recopa con el Zaragoza, pero no es lo mismo. A pesar de la trascendencia del encuentro, yo estoy tranquilo y me preparo para estar lo mejor posible". El método que sigue Morientes es simple: dormir. "Duermo todo lo que puedo. Esta mañana después de 12 horas, me he levantado a desayunar y me he vuelto a la cama. Así estoy descansado y me evado de todo lo que rodea al partido. Ya tendré tiempo para estar tenso cuando vaya a empezar. Tenemos que olvidarnos del partido de ida. No podemos venir a empatar, porque si salimos con ese planteamiento perderemos. Hay que ir a ganar. No me preocupa la presión ni el ambiente que me pueda econtrar, sé protegerme de esas cosas".

Morientes tiene los ojos hinchados de tanto dormir, pero Karembeu pasa las horas previas al partido en permanente tensión y por si fuera poco, empalma un café con otro. Eso sí, no habla. Casi por señas explica que tiene una superstición que le impide hacerlo, que prefiere guardar silencio. Cuando se le habla del partido, suelta la taza de café en el plato y toca madera con las dos manos. Raúl sí habla y confiesa sin pudor cuáles son sus sentimientos. "Necesito ganar esta Copa de Europa". Es de nuevo el jugador osado, el que reta a sus entrenadores y compañeros cuando dudan de qué sucederá en el futuro. "¡Ah, y voy a marcar... !". ¿Has dicho marcar? Raúl no logra un gol desde hace tres meses. "Sí, he dicho a marcar". Si lo dice él, por algo será.

Raúl asegura tener buenas sensaciones para el partido. "Vamos a demostrar la grandeza de este equipo, la unión que hay en la plantilla para lograr algo que todos ambicionamos hace mucho tiempo. Yo no me acuerdo de las Copas de Europa que ganó el club, no había nacido. Y en la última semifinal estaba en la cuna, pero sé que ahora tenemos una buena oportunidad, por eso le digo a la afición que esté tranquila y confiada. Hay que salir a ganar, sabemos que va a ser un partido en el que nos va a tocar sufrir mucho, pero estamos a un pasito de la final". Pero Raúl no se conforma tampoco con eso. "No quiero jugar la final, quiero ganarla. Cuando pasan los años nadie se acuerda de quién fue segundo".

Hierro, el gran capitán del vestuario, trabaja en las horas previas del partido más que nunca. "Ninguno de nosotros puede decir que estamos en la final. Sabemos que nos quedan por delante 90 minutos muy difíciles, en los que los alemanes nos van a presionar mucho. Han recuperado jugadores que son claves para ellos, pero lo que sí puedo asegurar es que aparecerá el Madrid de las grandes ocasiones". El equipo está tan seguro de sus posibilidades y de su fuerza que no teme que el árbitro o la UEFA pase factura por el incidente de la portería. "De lo que nosotros nos acordamos de ese día no es de la portería, es del 2-0".

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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