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MOTOCICLISMO

Biaggi agita el Mundial el primer día

El italiano triunfa en su debut en 500 cc, Doohan abandona y Crivillé acaba cuarto

El italiano Max Biaggi (Honda) puso ayer patas arriba el Campeonato del Mundo de motociclismo al lograr la victoria en la carrera que significó su estreno en 500cc. El Gran Premio de Japón, que abrió la temporada en Suzuka, sirvió de escenario para que se exhibiera el actual campeón del mundo de 250cc. Únicamente él consiguió romper la hegemonía de los pilotos locales, al mismo tiempo que obligaba a buscar precedentes a su gesta en los libros de historia.Fue el del italiano un dominio tan exagerado como inesperado, que no pudo contradecir el número uno, el australiano Mick Doohan (Honda), que no terminó la carrera, ni tampoco Àlex Crivillé (Repsol-Honda), que se clasificó cuarto y salvó los muebles españoles.

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Biaggi había hecho una pretemporada excelente y amenazadora. También había conseguido el mejor tiempo en los entrenamientos del sábado. «Pero la carrera es el domingo», dijeron muchos, entre ellos Doohan, que finalmente tuvo que abandonar al romper el motor cuando ya estaba a medio minuto de Biaggi a causa de un error anterior que le había llevado fuera de la pista, y del que regresó en decimocuarta posición.

El piloto australiano recibió ayer su propia medicina de manos de un rookie. «Quedan 14 grandes premios», comentó, pero de momento suma cero puntos y ya sabe que tiene un duro rival vestido de rojo y blanco sobre la moto número 6 y que se llama Max.

Desde 1973, cuando el finlandés Jarno Saarinen ganó la carrera de su debut en 500cc, no se había visto nada igual. No lo habían logrado ni Doohan, ni Rainey, ni Roberts, ni Spencer... «No me lo esperaba. Es un día muy feliz para mí», reconoció el triunfador, aunque lo que realmente dejó alucinada a la competencia fue la forma: Biaggi venció con facilidad, despegándose del resto de favoritos en las primeras vueltas, cobrando una ventaja importante y sin que nadie pudiera seguir su ritmo en ningún momento. Ni siquiera el habitualmente todopoderoso Doohan. En su camino impecable, el cuatro veces consecutivas campeón de dos y medio batió el récord de la pista y rompió también un maleficio: ningún piloto europeo había vencido hasta ayer en Suzuka.

Actuación discreta

Todos se rindieron a la proeza del italiano. Incluso sus rivales. «Lo que ha hecho está al alcance únicamente de los elegidos», dijo Alberto Puig, metido ahora a comentarista de televisión. «Sólo puedo decir que ha estado muy bien», explicó Doohan. «Su carrera tiene mucho mérito», comentó Crivillé. Y es que el noi de Seva disfrutó como espectador de primera fila de la demostración de Biaggi. Como todos, sólo le pudo ver desde atrás, aunque en el arranque no fue el más rápido.Crivillé consiguió un resultado mejor de lo que insinuaban sus entrenamientos. Fue el Crivillé de los domingos, aun sin rayar a una altura destacada. Su cuarta posición le permite empezar el Mundial de forma sólida. Y anduvo cerca del podio buena parte de la carrera, aunque al final acabó a dos segundos de los japoneses Tadayuki Okada (Honda) y Noriyuki Haga (Yamaha). «No está mal para empezar», resumió el piloto catalán.

Peor le salieron las cosas a los hombres del equipo de Sito Pons: Carlos Checa se clasificó octavo y el estadounidense John Kocinski, de quien algunos esperaban una prestación como la de Biaggi -eran las dos grandes novedades-, terminó decimotercero después de que los comisarios le penalizaran por adelantarse al semáforo verde en la salida.

Los otros pilotos españoles de la categoría reina fueron Sete Gibernau (Repsol-Honda), que llegó décimo a la meta, y Juan Bautista Borja (Honda), decimoquinto.

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