Zabel repite exito en San Remo
El 'sprinter' español Edo, excluido tras, un control de sangre
El alemán Erik Zabel (Telekom), de 27 años, confirmó su gran momento de forma y se convirtió en el décimo ciclista que gana dos años seguidos la primera de las grandes clásicas, la Milán-San Remo. El último, el francés Laurent Fignon, lo hizo en 1988 y 1989. Esta vez, ni la Cipressa ni el Poggio, las dos últimas dificultades de los 294 kilómetros del recorrido decidieron la carrera. El veterano Alberto Elli (Casino), que este año parece tener una segunda juventud, saltó en lo alto de la última subida, pero fue cazado en los tres kilómetros largos que restaban hasta la meta.El brillo español se limitó al francés Laurent Jalabert (ONCE), que probó sus fuerzas con un ataque previo al de Elli, pero después se perdió y sólo acabó 15º del grupo de cabeza. La mayor noticia, desagradable, la acaparó la eliminación del sprinter del Kelme Ángel Edo, el primer profesional afectado este año -en 1997 hubo 10- por la medida de la Unión Ciclista Internacional en su lucha -pedida por los propios ciclistas- contra los tratamientos de oxigenación sanguíneos, especialmente contra la peligrosa Epo (eritropoyetina). A Edo no, se le permitió tomar la salida por superar el 50% de volumen de glóbulos rojos (hematocrito) en la sangre. El periodo de suspensión es un mínimo de dos semanas, pasadas las cuales deberá pasar otro control. El ciclista español fue el único de los 20 corredores que no pasó el examen que se les hizo por la mañana muy temprano. Edo, de 27 años, es profesional des de 1992, tras los Juegos de Bar celona. Dentro de la penuria de velocistas españoles, es el mejor, pero le ha faltado hasta ahora siempre un punto más ante alemanes o italianos.
La carrera tuvo ayer también la escapada más larga de su historia, protagonizada por el español Quico García (ONCE) y el italiano Marco Antonio di Renzo. Saltaron en el kilómetro 8 y fueron cazados, tras despedirse amigablente entre ambos, en el 248. En sus 240 kilómetros de fuga llegaron a tener un máximo de 25 minutos de ventaja.
Pero la carrera, como siempre, sólo se movió de verdad en los 40 kilómetros finales. En la Cipressa se hizo ver hasta Chiappucci. Lo primero serio fue un salto del francés Richard Virenque (Festina), pero que no fructificó al no relevarle el italiano Brassi, que recibió órdenes bien claras de su director por un transmisor que llevaba en el oído. Virenque se enfadó y dejó de pedalear. Después vino el amago de Jalabert y el salto de Elli, que casi. cuajó. Pero Zabel, pese a que no tuvo compañeros de Telekom al final, volvió a ser el más fuerte. Supo colocarse perfectamente a rueda de Colombo, primero, y de Dufaux, sobre todo, en la recta final, y su potente golpe de pedal le bastó. El dúo de franceses Moncassin-Magnien no pudo con él. Magnien terminó mucho más fuerte y fue segundo.
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