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LIGA DE CAMPEONES CUARTOS DE FINAL (VUELTA)

El partido más decisivo

El Madrid confía en eliminar al Bayer Leverkusen para salvar parte de la temporada

Santiago Segurola

Después de una temporada sin ninguna sintonía con su hinchada, Jupp Heynckes y los jugadores del Real Madrid pidieron ayer el apoyo de los aficionados para superar al Bayer Leverkusen (20.45, TVE-1). Hay tal desajuste entre el equipo y sus seguidores que el llamamiento suena a inapropiado. Nada de lo que ha hecho el Madrid esta temporada ha merecido el entusiasmo de su gente, que está en una onda pesimista. El excelente resultado del primer partido (1-1) se ha visto desmentido por las decepcionantes actuaciones frente al Barça y el Racing. Debería ser la hora de los jugadores, pero su falta de compromiso y de unidad en los tres últimos meses ha sido evidente.Casi todo suena a artificioso en el Real Madrid. El entrenador y sus futbolistas quieren sentirse ahora arropados por la afición, con la cual han mantenido una distancia abismal durante la mayor parte de la temporada. Si un equipo no ha conectado con su hinchada ha sido el Madrid, cuya característica ha sido la anarquía, la falta de deseo y una ausencia escandalosa de un propósito común. A la fragmentación de la plantilla -metida en guerras frívolas y en un escaso interés por salvar los muebles cuando las cosas se han puesto mal- se ha unido la patética figura de Heynckes, un hombre sobrepasado por la magnitud del club, por el carácter insolidario de sus jugadores, por su falta de autoridad y por su incapacidad para diseñar un modelo futbolístico.

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Ahora se pide árnica, y es posible que la hinchada reaccione de manera paternal con su equipo. La Liga de Campeones es el último reducto del Madrid y una especie de imposible recuperación del Santo Grial del madridismo, todavía ensimismado con las seis victorias en la Copa de Europa. De la última han pasado 32 años, pero la competición mantiene un aire sagrado para la afición de Chamartín. Así que un poco de oportunismo no viene mal y los jugadores, tan indiferentes a las decepciones que se viven a su alrededor, piden ahora afecto, compresión y ánimo.

El resultado del primer partido sería casi definitivo si el Madrid fuera un equipo sólido, precisamente el más ausente de sus rasgos. Si algo le caracteriza es su inconsistencia. Su falta de fiabilidad ha resultado extraordinaria en los últimos meses. No hay rigor defensivo, no existe una línea de medios capaz de sostener al equipo y la delantera es un misterio donde nadie se siente titular.

Con sus múltiples carencias, el Madrid se aboca a un partido complicado. Sin embargo, cuenta con dos datos favorables: el resultado le permite un cierto margen de maniobra y el Bayer es poca cosa. Si no fuera por la condición temible que se adjudica a cualquier equipo alemán, el Bayer llegaría con el cartel muy devaluado. En el encuentro de ida alcanzó un grado imprevisto de vulgaridad: escasos recursos técnicos, un sistema defensivo vulnerable, jugadores sin vuelo. En cualquier otro momento, el Bayer sería presa fácil del Madrid, que dispone de mejores jugadores, del campo, de un buen resultado... Y, sin embargo, el temor al fiasco se percibe en todos los estamentos del club.

Alineaciones

Real Madrid: lligner, Panucci, Hierro, Sanchis, Roberto Carlos; Karembeu, Seedorf, Redondo, Savio; Raúl y Mijatovic.

Bayer Leverkusen: Heinen; Heintze, Wörns, Nowotny, Zvikovic; Lenhoff, Ramelow, Emerson, Beinlich; Rink y Kirsten.

Árbitro: Nicolai Levnikov (Rusia).

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