"Nadie puede vivir siempre de su pasado"
Miguel Ángel Gil Marín lanza un mensaje-ultimátum a Antic y sus jugadores
De la indignación y los duros reproches se ha pasado a las amenazas. Los dueños del Atlético proclaman sin disimulo que han perdido la paciencia y que no van a asumir con los brazos cruzados una nueva decepción. Los jugadores ya están avisados. Y el entrenador, también. Ayer, por primera vez desde que aterrizó en el Manzanares, Radomir Antic recibió un mensaje público con toda la pinta de un ultimátum. ¿De lo que suceda esta noche depende la continuidad de alguien? Miguel Ángel Gil Marín vino a decir que sí: "El futuro de un equipo depende de sus resultados. La planificación se hace año tras año. Y ningún jugador ni ningún técnico puede vivir permanentemente de su historia o de su caché. Nadie puede vivir siempre de su pasado".La era de estabilidad que había logrado prolongar el Atlético corre peligro. Casi tres años de paz, récord actual en el fútbol español, están a punto de saltar por los aires. Hay síntomas inequívo cos: vuelve a escucharse la palabra proyecto, tan presente en el vocabulario rojiblanco cuando Jesús Gil se ganó el sobrenombre de devoraentrenadores. "El proyecto del Atlético está tocado por el rendimiento del equipo en varios partidos". Y la frase la pronunció Gil Marín, el gran responsable del estado de moderación que se había instalado en el Atlético, el freno oportuno a los arranques de furia del presidente.
Por una vez, Gil Marín no ha suavizado el discurso de su padre, muy duro con el equipo desde el sábado. Todo lo contrario: "Ante el Compostela sentí impotencia. Si el Atlético quiere crecer como entidad, que es por lo que estamos peleando, no puede desperdiciar la oportunidad de llegar a la final. Los últimos resultados han hecho mucho daño a la imagen del club. Y si no nos espabilamos, nos quedamos hasta sin plaza en la Copa de la UEFA. No es exceso de preocupación, es ser realista. Por lo que se ve, los objetivos que nos marcamos tras realizar una inversion gigantesca, no se están cumpliendo. El sábado sentí vergüenza e indignación. Así no podemos seguir".
"Sabemos leer los mensajes entre líneas", afirmó Radomir Antic, quien no quiso entrar demasiado a fondo en las críticas. Sí rectificó el técnico su versión de la cita ante el Compostela, que, por exageradamente positiva, había contribuido a agrandar el malestar de los Gil. "Nosotros tampoco estamos contentos de las impresiones que dimos el otro día. Y no lo estaba ya entonces, aunque se malinterpretaran mis palabras. Yo dije que Kiko, individualmente, hizo un gran partido. No que lo hiciera todo el equipo, como se me adjudicó".
Los jugadores, mientras, han optado por ignorar los ataques de sus superiores. No transmiten malestar, ni intranquilidad, ni miedo. "Los jugadores", afirmó Aguilera "tenemos que estar al margen de estas cosas, sobre todo hasta mañana. Cuando pase el partido ya hablaremos con y de los jefes".
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