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Rumiando sus respectivos adioses a la máxima competición continental, Estudiantes y Barcelona intercambiaron impresiones a mes y medio del inicio de los playoffs. Lo hicieron de forma educada, como si fuesen conscientes del sufrimiento físico y psíquico al que se han visto sometidos durante muchos meses y que terminó de forma tan lógica para los madrileños como frustrante para los catalanes. El partido resultó soso, demasiado higiénico teniendo en cuenta los participantes, sobre todo en lo que respecta al Estudiantes, tan amante de las impresiones fuertes. Al final ganó el más ordenado y también el que probablemente más lo necesitase para poder pasar la página cuanto antes.No era un día fácil para el Barça. Con la herida abierta y una enfermería a tope, el Barça debe atender sus asuntos domésticos, nada despreciables pues está en juego la Liga Europea del año próximo. En situaciones como éstas se imponen ejercicios de supervivencia y en ello se aplicó el maltrecho conjunto azulgrana. Estos ejercicios consisten en correctas faenas donde se arriesga lo justo y no hay espacio para improvisaciones. Los experimentos están fuera de lugar y no hay otra apuesta que la más segura. El Barcelona no hizo un buen partido, porque es difícil que lo pueda hacer a corto plazo, pero su actuación fue lo suficientemente regular y solidaria entre sus componentes que le valió para dar cuenta de un Estudiantes desacertado y fuera de punto, que acusa la bajada de rendimiento de su director espiritual en cancha, Nacho Azofra.

El partido tuvo tres cuartas partes de indefinición y una rápida resolución. Hasta mediados del segundo tiempo se vieron muchas cosas, pero ninguna con el empaque suficiente como para suponer movimientos significativos en el marcador. Y de lo primero que se tuvo noticia fue la confirmación de la tendencia a la baja que sufre el Estudiantes en las últimas fechas. Dos problemas acosan al equipo madrileño. El primero es general y se cifra en un desacierto en el tiro preocupante que no se limita a los lanzamientos a distancia sino que también se produce en las inmediaciones del aro y se completa en los tiros libres. El segundo y casi más importante se llama Azofra. El peso específico del base estudiantil es enorme y Nacho ha perdido la chispa que le ha acompañado durante casi toda la temporada. Su rodilla tiene parte de culpa y el Estudiantes echa en falta su vitalidad.

Si el Barcelona no sacó antes provecho de la mala puntería de su rival fue porque su rebote defensivo no fue lo suficientemente sólido, o dicho de otra forma, porque el Estudiantes cargó la canasta blaugrana con tremenda eficacia. Mustaf, consumado bailarín y artista ofensivo, está lejos de ser un dominador de los tableros y Dueñas sigue su lento proceso de recuperación. MacCaskill es un buen hallazgo, pero resultó insuficiente para frenar el poderío de Whisby, Vandiver y Jiménez. Con el Barcelona aplicando esfuerzo y triples como bálsamo reparador y el Estudiantes multiplicando sus opciones para equilibrar sus deficientes lanzamientos, las diferencias nunca sobrepasaron los cinco puntos hasta el minuto 32 (54-59).

Llegado a los minutos decisivos, el partido tenía dos vías de resolución. 0 el Estudiantes afinaba su puntería o, el Barcelona tapaba un poco mejor sus rebotes defensivos. Salió esta segunda opción. Con Jofresa al mando, Xavi Fernández tan gélido como efectivo, De la Fuente apuntando maneras suficientes para convertirse en un gran jugador y MacCaskill aumentando su presencia según avanzaba el choque, el Barça se fue hasta los 8 puntos (57-65, minuto 35) distancia sideral teniendo en cuenta lo que le costaba anotar al Estudiantes. Baste señalar que la mejor opción estudiantil acabó siendo los tiros de tres puntos de Vandiver. Significativo. El Barcelona no ha esperado para comenzar a echar tierra sobre el fracaso europeo. Su estado no deja de ser preocupante pese a esta meritoria victoria y se halla lejos de mostrar signos del poderío que se les supone, pero su disposición fue muy positiva. En un día como el de ayer no se le puede pedir mucho más que su intento de olvidar cuanto antes su desafortunado pasado.