"Con esta presión no es fácil jugar"

, La tensión en el Madrid aumenta conforme el final del calendario se acerca. Los jugadores se sienten presionados por los resultados y el poco tiempo del que disponen para reaccionar. Las diferencias entre la plantilla y el técnico son cada vez mayores. Y, por si fuera poco, la afición de Chamartín se ha levantado contra su equipo harta de tanto tropiezo.

"Con esta presión no es fácil jugar", se quejó ayer Mijatovic. "En la Liga ya no podemos fallar más y en esta lucha necesitamos el ánimo de la afición. Les pido que nos ayuden en lo que queda de temporada y en el partido contra el Bayer". Mijatovic está molesto por la actitud de un sector del público que el sábado contestó la actuación del equipo en general y de algunos jugadores en particular. Suker también opina de igual manera: "Es una pena que la afición la tome con los más jóvenes, es injusto".

El montenegrino reclama la unión del madridismo contra los malos tiempos. Por eso no quiere hablar públicamente de los problemas en el vestuario, que ahora tienen más que ver con las diferencias de algunos jugadores con el técnico que a discrepancias entre ellos. Pero una cosa son las declaraciones públicas y otra las confesiones en privado. Son las dos caras de la verdad y de la crisis. "Los pequeños problemillas ya no existen", dice Mijatovic, que tras el partido en el Camp Nou tuvo un enfrentamiento con Heynckes. "Todos somos profesionales. No creo que el vestuario este tocado aunque en los últimos partidos tuvimos mala suerte y eso siempre nos presiona más", añade.

Esta tensión entre la grada y los jugadores también es vista con preocupación por la directíva. ¿Qué pasará si el Madrid sufre un traspiés ante el Bayer o al menos el equipo alemán se adelante en el marcador?, se preguntan los dirigentes.

El Bernabéu se encuentra en estado de ebullición y un nuevo error precipitará los acontecimientos. Los jugadores se reconocen presionados y el técnico se sabe destituido hace semanas, a pesar de los vanos intentos de Lorenzo Sanz de apoyarle en público. La directiva habla más estos días del futuro entrenador que del actual. "Ni aunque gane la Copa de Europa Heynckes seguirá", es la sentencia de la junta. El debate está ahora en quién debe ser el nuevo técnico. La plantilla intenta apartarse de todas estas cuestiones. Ayer, los jugadores regresaron 12 horas después de empatar contra el Racing (2-2) al estadio Santiago Bernabéu para entrenarse a puerta cerrada. Esta vez el pretexto utilizado por Jupp Heynckes para refugiarse de los ojos extraños era que la afición que habitualmente acude a la Ciudad Deportiva hubiera sido más númerosa al tratarse de un domingo y la plantilla no está para distracciones. De nuevo el aislamiento como terapia.

De nuevo también algunos jugadores optaron por escapar por la puerta de atrás, entre ellos Fernando Sanz víctima de las iras del público cuando su dorsal apareció en el tablón de cambios. Roberto Carlos, declarado culpable del segundo gol del Racing, en cambio no se escondió: "Estoy tranquilo. Soy un ganador y no quiero opinar sobre lo que digan otros compañeros. El equipo debe concentrarse al máximo. El año pasado también hubo críticas y al final fuimos campeones. Estamos en un momento delicado y nos falta confianza. Somos nosotros los que tenemos que mejorar. El técnico no juega. El miércoles ante el Leverkusen tenemos que hacer un buen fútbol y recuperar la alegría".

El Madrid está pendiente de Karembeu, autor del gol ante el Bayer. El jugador francés sufre una contratura en el recto y su concurso en la Liga de Campeones dependerá de su evolución en la próximas horas. Karembeu tiene fuertes dolores. "Debemos esperar", explica Alfonso del Corral, el médico del equipo, "pero el tiempo de recuperación es muy corto".