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Van Gaal suspendió los actos de celebración

Àngels Piñol

El Barça lleva el piloto automático puesto desde enero pasado y Louis Van Gaal no admite parada alguna, ni aún cuando se haya conquistado la Supercopa. La plantilla celebró ayer el título que logró el miércoles en Dortmund ante el Borussia con una sesión de entrenamiento. El club azulgrana tenía previsto acudir a la Plaça Sant Jaume, como es norma cuando el equipo logra un trofeo, pero el técnico sugirió que era prefirible preparar el partido de Liga del domingo en Valladolid, y el presidente Josep Lluís Núñez no sólo acató el deseo del entrenador sino que lo defendió.

Van Gaal y Núñez hablan como si fueran una misma persona. El entrenador defendió al presidente cuando se cuestionó su mandato de la misma manera que el presidente elogió al entrenador siempre que se discutíó sus primeros planteamientos tácticos. El entendimiento es tal que hasta Stoichkov puede quedarse sin defensor. A Van Gaal no le gustó el acto de "insubordinación" del búlgaro, que dejó el club para concentrarse con Bulgaria y el técnico estudia tomar medidas disciplinarias, tras celebrar ayer una reunión a puerta cerrada con el jugador. De momento, ayer fue apartado de la plantilla y hoy se sabrá si será de forma definitiva o por un tiempo determinado. Núñez ni se plantea mediar en el asunto. Lo que dice Van Gaal va a misa.El presidente incluso descartó sentarse al lado del entrenador en el viaje de regreso de la expedición barcelonista de Dortmund, para no romper el protocolo, por el que siempre viajan los mismos directivos (2) y se sitúan en la zona que dispone Van Gaal. A pesar de que pudiera causar cierta sorpresa, nadie discutió, por ejemplo, que la mujer del entrenador holandés se mezclara con los jugadores en la cancha del Westfalen de Dortmund en espera de que Figo recibiera la Supercopa.

Los resultados cantan. Tras un arranque vacilante, quedar fuera de la Liga de Campeones y tocar fondo en La Coruña a finales de enero (3-1), el equipo azulgrana lleva 40 días de felicidad. Desde el 1 de febrero, las victorias se han ido acumulando: ha ganado la Supercopa, accedido a la final de la Copa del Rey y es líder de la Liga. En total, 11 partidos sin perder. La obsesión es ahora ganar el domingo en Valladolid al equipo de Kresic, un técnico que nunca ha perdido en sus cinco enfrentamientos con el Barça.

Los jugadores, mientras, se remiten al juego. El fútbol del equipo ha experimentado una sensible mejoría en los últimos partidos, y el primer tiempo ante el Borussia Dortmund resultó especialmente seductor. "Las buenas épocas vienen marcadas por los títulos", apuntó Ferrer, "así que esperamos que tras la Supercopa vengan otros". Nadal agregó: "Queda mucho por hacer. La Supercopa es un buen trofeo, pero menor ante la Copa y la Liga, y estos son nuestros objetivos. Lo más importante es la confianza que hemos cogido, pero somos conscientes de que una derrota en Valladolid volvería a abrir dudas, aunque ahora sumemos cinco puntos de ventaja. Yo estoy convencido de que el Madrid superará el mal momento que pasa ahora".

La plantilla acató la decisión de Van Gaal de entrenarse ayer por la tarde. El entrenador ya advirtió, tras la sesión posterior al partido contra el Madrid, que no le había gustado la actitud de algunos jugadores en el ensayo: "Los había que flotaban". Van Gaal no cedió y la plantilla respondió en Dortmund. El plan para Valladolid es el mismo. Evitar cualquier relajamiento. Tras el buen entrenamiento de ayer, la plantilla tendrá hoy fiesta. Van Gaal se dio por satisfecho.

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