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Los expertos acusan de blanda la serie preferida de los niños británicos

Isabel Ferrer

Los Teletubbies (o Telegorditos), protagonistas de una de las series para niños más populares de la BBC y vendida prácticamente al mundo entero, entusiasman a los pequeños y dividen a los adultos. No son violentos, pero su inocencia y blandura no se corresponde con el mundo real, según han puesto de relieve los asistentes al II Congreso Mundial de la Televisión Infantil, que se celebra esta semana en Londres. Pero la cadena pública británica defiende un programa, a su juicio, "alegre e instructivo".

Las televisiones autonómicas TV-3, Telemadrid, TVG y Canal Sur ya han adquirido las aventuras de Tinky-Winky, Dipsy, Laa-Laa y Po, los cuatro rollizos Telegorditos, tan famosos en el Reino Unido como en su día lo fueron los internacionales muñecos de Barrio Sésamo. Los Telegorditos viven en una pradera donde las flores hablan, los conejos comen en paz y su aspirador particular sólo engulle sus juguetes favoritos en un arranque de orden. El sol tiene rostro de bebé plácido y sonriente que nunca gruñe. Corretean, bailan, toman natillas o tostadas y abundan en abrazos.Tan idílico escenario resulta ajeno a los niños de carne y hueso, "incapaces de aprender nada de unos personajes balbuceantes y con aspecto de extraterrestres", en palabras de Ada Haug, jefe de la programación preescolar del canal público noruego NRK, recogidas con especial atención por la prensa británica.

Sus críticas fueron secundadas durante la reunión por Patricia Edgar, de la Fundación Australiana para la Televisión Infantil. Según ella, la falta de retos o auténtico aprendizaje "resulta regresiva para cualquier pequeño que haya superado la edad del balbuceo". Jill McCurdy, representante de la multinacional Warner Brothers, afirmó a su vez que el programa no preparaba a los niños para afrontar la maldad del mundo real.

La defensa corrió a cargo de Anne Wood, creadora del programa con la productora Ragdoll. En su opinión, es una pena que los pequeños no tengan derecho a sonreir: "A esa edad [entre dos y cuatro años] viven en un mundo adulto que apenas comprenden. Con los Telegorditos adoptamos su punto de vista. Si ríen están confiados y ello es fortalecerá". Para Roy Thompson, representante de la programación infantil de la BBC, las investigaciones efectuadas hasta la fecha arrojan resultados muy satisfactorios: "La serie ayuda a desarrollar el lenguaje y, aunque parece sólo entretenido, también enseña".

Las discusiones del congreso reflejan la polémica desatada en el Reino Unido por uno de los programas más comentados y analizados de la televisión. Partidarios y detractores se han enzarzado en debates verbales y escritos sobre los muñecos.

Para la BBC, las discusiones son bienvenidas. Los Telegorditos seguirán produciéndose y las ventas internacionales han reportado sumas millonarias. Hasta el momento, Suráfrica, Nueva Zelanda, Holanda, Portugal, Singapur, Israel, China, EE UU y Japón ya los emiten.

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