Shírov asombra, Kasparov acecha y Anand se enfada con el organizador del torneo

La tibia actuación de Gari Kaspárov y el conservadurismo de Vladímir Krámnik (segundo jugador mundial) y Viswanathan Anand (3º) han dado cauce al torrente creativo del español Alexéi Shírov (7º), líder del Ciudad de Linares a falta de cuatro rondas. Mientras Kaspárov cura su gripe y confía en reaccionar, Anand se ha enfadado con el organizador del torneo, Luis Rentero, que aviva la polémica al acusarle de falta de combatividad. Tras el descanso de ayer, Shírov se enfrenta hoy a Krámnik con las piezas blancas y la moral en las nubes.

La distancia entre los tres mejores del mundo y los demás incitaba a descartar cualquier otro nombre como triunfador en Linares, a pesar de que el torneo enfrenta a siete ases del ajedrez en una liga a doble vuelta. El mismo razonamiento sirvió para que el nuevo Consejo Mundial de Ajedrez (WCC), presidido por Rentero, fuera sintético al máximo cuando anunció su Campeonato del Mundo (en Sevilla y Linares, desde el 16 de octubre): Kaspárov contra el vencedor de un duelo Krámnik-Anand, si bien el indio se muestra renuente porque firmó un contrato de exclusividad -cuya redacción es poco clara- con la Federación Internacional (FIDE).Pero Shírov amenaza con ser el palo entre los radios de la bicicleta. Kaspárov necesita ser el número uno indiscutible para guerrear con la FIDE; si no gana en Linares -tampoco lo hizo hace cuatro meses en Tilburg (Holanda), donde fue derrotado por su compatriota Péter Svídler-, su hegemonía empezaría a cuestionarse. Krámnik se negó a jugar el Mundial de la FIDE en protesta por los privilegios de Anatoli Kárpov. Anand es un doble subcampeón del mundo -derrotado por Kaspárov en 1995 y por Kárpov este añoque podría servir de bisagra entre la FIDE y el WCC para aprovechar el llamamiento a la reunificación formulado por Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Intemacional. Un triunfo de Shírov en el Wimbledon del ajedrez embrollaría aún más todo ese tinglado.

La ventaja del español

Si juega en su plenitud, no sería extraño que Kaspárov lograse 2,5 puntos en las tres partidas siguientes, con blancas frente al ucranio Vasili Ivanchuk y Krámnik, y con negras ante el búlgaro Véselin Topálov, para jugárselo todo en la última ronda con negras contra Shírov. Éste, ademas de tener la ventaja de las blancas contra Kaspárov y Krámnik, descansa mañana y se enfrenta el domingo con negras a Svídler.Curiosamente, Shírov es el único de los siete participantes que no se ha comprometido por escrito a no ofrecer tablas antes de la jugada 40, y el único de los cuatro favoritos que cumple a rajatabla esa norma. Krámnik y Anand la han incumplido con reincidencia pero, como el ruso descansó el miércoles, Rentero embistió sólo contra el indio -"Si quiere, volver a Linares, tendrá que ganárselo"-, lo que provocó una visible irritación en el entorno de Anand. Objetivamente, la posición en la que Anand y Kaspárov firmaron tablas tras sólo 24 movimientos era de claro empate, lo que permite afirmar al indio que él cumple con "el espíritu" del citado documento. Su entrenador, el georgiano Elizbar Ubilava, apostilla: "En contraste con el tenis, el empate en ajedrez es uno de los tres resultados posibles. Otra cosa sería que un jugador no intente ganar". Pero no convence a Rentero: "No discuto que esa posición sea de tablas, pero el público no lo entiende. Los jugadores deberían hacer 15 movimientos más para demostrarlo".

El látigo de Rentero azuza un problema profundo. Salvo excepciones, como la de Topálov, los ases del tablero no terminan de entender que su exigencia de más dólares debe ser proporcional a su profesionalidad dentro y fuera del tablero. La combatividad a ultranza y la buena disposición hacia la prensa con el fin de atraer a los patrocinadores no encajan con la educación al estilo soviético, bajo la gran ubre estatal que amamantaba al ajedrez como una actividad casi monacal. Los tenistas -sudorosos, exhaustos e incluso derrotados- hablan con los periodistas antes de ducharse; para los ajedrecistas, lo prioritario es analizar la partida o descansar. Sólo si les apetece, tienen a bien hablar con quienes transmiten sus actos a millones de aficionados.