El Valladolid sale del pozo
El Valladolid y el Tenerife jugaron ayer dos partidos en uno, marcados ambos por los cambios de actitud del equipo de Lillo: primero pasivo y conservador, después errático, más tarde bullicioso y finalmente conformista. El Tenerife ofreció la segunda versión de sí mismo en la segunda semana de la era Lillo, pero esta versión resultó más fea y mezquina que la que mostró ante el Real Madrid. El Valladolid siguió a lo suyo y mantuvo su esquema de comportamiento: saltó al campo con calma, hizo un gol que trató de rentabilizar, sufrió un bache y tras marcar un segundo gol ofreció un espectáculo de fútbol de ataque.El Valladolid se dedicó a lo de siempre, a esperar en el centro del campo a su rival, a pegar pelotazos desde la defensa fiando su fortuna a la velocidad de Peternac y de Chema, pero el Valladolid quedó lastrado por la lentitud de Klimowicz y Canaval. Sin embargo, a la tercera ocasión llegó el gol de Santamaría y el equipo de Kresic descansó, comenzó a explotar la pasividad de su rival, creó un par de ocasiones más y se fue al descanso con una peligrosa sensación de superioridad.
El descanso sirvió a Lillo para reorientar a sus jugadores, nada más comenzar la segunda parte el Tenerife amenazó primero y marcó después. El choque se convirtió en un partido trepidante. Pero fue el Valladolid el que con más afán buscó el gol.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.