25 años después...ganó el Celta
El equipo vigués, en un buen partido, logró remontar un gol de Ramis
La suerte devolvió al Celta en un lance absurdo lo que le negó durante todo el partido y el derby fue para los de Vigo. Ramis, que había adelantado al Deportivo, se enzarzó con Songo'o con el balón de por medio y entre los dos consiguieron lo que el ataque vigués desperdició con reiteración inusitada. El gol en propia puerta le dio la victoria al Celta en un partido de rivalidad al fin generoso con el fútbol. Tarde inmejorable para los de Irureta, que ponen fin a una larga racha de buenos resultados en Balaídos de lo que se denominaba Superdepor. No hubo ni rastro en Vigo de aquel equipo temible. La habitual firmeza del Celta en su feudo le mantiene enganchado a lo alto de la tabla.Salió el Celta armado hasta los dientes y perdonó como nunca. No resolvió la proliferación de delanteros el grave enfrentamiento que tienen los de Vigo con el gol. Ayer, su entrenador sacrificó a un medio defensivo, Ito, y acumuló cinco hombres de ataque por delante de Mazinho, pero la producción de oportunidades falladas en forma de cara a cara con Songo'o emborronó lo que estaba siendo un buen partido. Había atrapado Ramis un gol a los seis minutos a la salida de un córner y no sabían cómo contrarrestarlo.
Tres minutos, los que siguieron al 18, resumieron los problemas del Celta con el gol, su total falta de pegada. Sánchez se plantó ante Songo'o y el portero del Deportivo salió airoso; Karpin volvió a encararle con toda la ventaja y el balón salió despejado; Cadete lo volvió a enfilar de frente y Songo'o despejó nuevamente el balón. Tras esos tres minutos el partido parecía quedar medio resuelto para los de Corral.
Así terminó la primera mitad y de la misma forma comenzó la segunda: con Songo'o sumando méritos ante Cadete y Sánchez. Y después de nuevo Sánchez, y el palo, y Songo'o... Tantas veces, que el desánimo y el desorden se hicieron presa del Celta. Por eso resultó tan extraño lo que le aguardaba en la segunda mitad, con un Deportivo que empezaba a estar más cerca del segundo gol que del empate. Lo tuvo Donato al alcance de la mano a la salida de un córner, en un cabezazo que se fue al larguero y botó en la raya.
La fortuna que acompañó al Deportivo pareció cambiar a partir de ese lance, porque poco tardó el Celta en empatar el partido en una jugada de Karpin por la derecha que resolvió Mostovoi, y en darle totalmente la vuelta, en una jugada en la que el grupo de Corral pagó de un golpe toda la suerte acumulada. Fue en un avance sín trascendencia de Sánchez, que conectó un tiro inocente que entre Ramis y el portero deportivista, debajo del larguero, introdujeron en la portería. Toda la prudencia aconsejada por Corral no valió para nada a partir de entonces. La zaga de cuatro hombres, el trabajo defensivo de Naybet y Donato en el centro del campo, la falta de ambición del peor Deportivo de los últimos años presionaron al equipo coruñés cuando se entregó a un ataque desmesurado que no le llevó a ninguna parte.
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