Llamadme Ismael
Una ballena blanca o una oculta ciudad de oro fueron argumentos suficientes pero prescindibles: lo que íntimamente une al capitán Acab y a Lope de Aguirre no es tanto la obsesiva persecución de un interés particular como el ignorante desprecio a los deseos de sus tripulaciones.De alguna forma, ficción o realidad, estos ejemplos de dirigentes autistas que nos brinda el pasado prefiguran la actitud de la clase política española ante los deseos de unidad frente al terrorismo que todos reclamamos.
"Llamadme Ismael" fueron las palabras mágicas que la literatura escogió para abrir sus puertas a un obcecado capitán, pero podrán encabezar también la metáfora en la que se refleje el comportamiento de nuestros políticos.-
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