Lionel Jospin anuncia que los subsidios franceses se revalorizaran con la inflación

Dos meses después de que los parados franceses irrumpieran con estrépito en la escena pública francesa, el primer ministro, Lionel Jospin, anunció ayer que los subsidios sociales mínimos -ocho tipos en total-, que benefician a 3,3 millones de ciudadanos, serán revalorizados de acuerdo con el aumento del coste de la vida. Jospin anunció igualmente un aumento del 8% del subsidio ASS (ayuda de solidaridad específica), que cubre a los parados de larga duración, y afirmó que "ningún parado de más de 55 años cobrará menos de 5.000 francos (125.000 pesetas)".Con una intervención televisada a las 19,30 horas en France 3, el primer ministro cumplió formalmente con el calendario y el compromiso adoptado cinco semanas atrás, en el momento más álgido de las movilizaciones de los desempleados, cuando encargó a la asesora Marie-Thérése Join-Lambert que definiera la necesidades sociales en materia de subsidios y se pronunciara sobre la necesidad de reformar el conjunto de las ayudas de la Administración.

En su declaración televisada de ayer, Lionel Jospin suscribió moralmente y en su globalidad el informe que la experta en asuntos sociales le entregó la víspera, pero se mostró mucho más prudente a la hora de comprometer su palabra e ignoró la propuesta, contenida en el informe, de incrementar el RMI (subsidio mínimo de inserción), que cuenta con un millón de beneficiarios.

En línea con el informe de Marie-Thérése Join-Lambert, elogiado casi a coro por las organizaciones sindicales, y con su propia filosofía de primar la creación del empleo sobre la extensión del sistema de asistencia social, el primer ministro descartó, contra lo que exige el movimiento de parados, aplicar el RMI a los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años. "A los jóvenes hay que encontrarles un trabajo, no darles un subsidio al principio de su vida laboral", declaró.

Necesidades urgentes

Seis semanas después de que el Gobierno habilitara una partida de 25.000 millones de pesetas para paliar las necesidades sociales más urgentes, -pago de facturas de electricidad, de gas o vivienda- de los más desfavorecidos, el número de solicitudes de ayuda alcanza ya casi el medio millón.Pese a la euforia reinante sobre la situación económica francesa, el socialista Jospin se niega a entrar en el debate, que juzga prematuro, sobre el reparto social del crecimiento esperado. Es una polémica que, de manera incipiente, ha empezado ya a desatarse en las filas de la "izquierda plural" y que opone a quienes ponen todo el acento en el aumento de las coberturas sociales con aquellos que, como el presidente de la Asamblea, Laurent Fabius, creen que ha llegado el momento de aligerar también el elevado peso de los impuestos y las cotizaciones sociales.

Aunque el anuncio del primer ministro consolida y amplía levemente las concesiones gubernamentales al movimiento de parados -obtenido ya su reconocimiento como colectivo y su representación en determinadas mesas negociadoras- los desempleados no ocultaron su decepción y se mostraron dispuestos a proseguir con las protestas, al menos hasta ver en qué queda el proyecto de ley contra la exclusión social destinado a incorporar parte de sus demandas.

A pocas semanas de las elecciones regionales, en las que la izquierda espera capitalizar su unidad de acción, Jospin espera encauzar con esa ley la dinámica de protesta de los parados, ahora que sabe, a la vista de las encuestas, que ésa fue la causa de su súbito descenso de popularidad.