Anton Rosemberg, uno de los modelos de la generación 'beat'

Anton Rosemberg, pintor y músico ocasional, falleció el pasado día 14 en un hospital en Woodstook (Nueva York), donde residía, a los 71 años, como consecuencia de un cáncer, según ha informado su familia.Rosemberg encarnó el ideal del joven excéntrico de los años cincuenta en Greenwich Village, hasta tal punto de que jamás le interesó triunfar en nada, a pesar de ser un pintor de talento y un pianista de jazz que llegó a tocar con los músicos más destacados del momento, como Charlie Parker y Zoot Sims. Incluso su aspecto físico, delgado, sin afeitar, y que recordaba al actor francés Gerald Philipe, era el compendio de una estética extrema que huía del entusiasmo, despreciaba la ambición y ridiculizaba el triunfo. Sin embargo, será recordado sobre todo por haber sido el inspirador del personaje de Julian Alexander de la novela de Jack Kerouak The subterraneans.

Nacido en Brooklyn, hijo de un acomodado empresario, sirvió un año en el Ejército, estudió en la Universidad de Carolina del Norte y pasó un año en París, oficialmente estudiando Arte y realmente inmerso en la bohemia de la orilla izquierda parisiense, con compañeros como James Baldwin, Terry Southern y otros representantes incipientes de la generación de escritores norteamericano de los cincuenta. De vuelta a Nueva York en 1950, abrió una imprenta. Sin embargo, su principal afición durante toda su vida adulta fue la heroína, hasta el punto de ser también uno de los personajes que aparecen en la obra de William Bourrough Yonki. Aunque su imprenta cerró en los años sesenta, su esposa, Joan, maestra, y profundamente enamorada, se encargó de mantener la casa mientras él se dedicaba a pintar, a tocar el piano y a divertir a sus amigos y a su familia.

Además de su esposa, le sobreviven sus tres hijos: Shaun, dueño de un conocido restaurante en Manhattan; Mathew, especialista en computadores, y Jererny, policía de Nueva York especializado en la lucha contra la droga.-