Marcó Alfonso en el Villamarín
Un gol del madrileño y otro de Finidi derrotaron al Mérida
Un viejo conocido de la afición verdiblanca, Jorge D'Alessandro, le metió al Betis el miedo en el cuerpo con una encomiable solidez defensiva y unos recursos técnicos que sólo se vieron húerfanos de finalización Un tanto de Alfonso, que se ha reconciliado con el gol tras casi dos meses y medio sin marcar, y un gol de Finidi a centro de Otero, que se ha reconciliado con la grada, le permitieron al Betis remontar un partido que se había puesto cuesta arriba.El Betis salía con savia nueva y con problemas viejos, aquejado de un oscurantismo táctico que en lugar de abrir espacios abría agujeros. Sólo Nadj ponía lucidez en sus jugadas. Mitigaba la falta de Alexis, un manijero cuya ausencia se nota más que su presencia. El yugoslavo juega, piensa, destruye, no se cae nunca, no protesta.
Alfonso y Jarni no andan finos, aunque los dos mundialistas en ciernes fabricaron el primer gol de la tarde. De la tripleta estelar del equipo de Heliópolis, sólo Finidi parece estar a la altura de las circunstancias. Tuvo a Pablo Alfaro pegado como una lapa a su vera, pero intentó una y otra vez servir balones a una delantera que era una cofradía, la de los hermanos Pérez Muñoz. Media hora tardó el Betis en deshacer el rosario de trampas que su propia ceguera le había ido tendiendo sobre el campo.Fue en una jugada de maestro de VidaKovic, que superó todas las líneas, se plantó en los aledaños de Navarro Montoya y cedió a Finidi, que puso a prueba al líbero Navarro Montoya.
El Mérida jugaba bien, perdía con la lesión de Marcos a uno de sus hombres fundamentales y tenía en Sinval y Cleber a dos especialistas en los lanzamientos de faltas. La buena impresión que dejaba en el campo se veía falta de mordiente ofensiva. Marcó un gol en su única ocasión. A los puntos, el partido habría sido suyo.
Tras el descanso, en un minuto el Betis tuvo más ocasiones que en toda la primera parte. La salida de Jaime le dio la banda derecha a Otero, un futbolista que ha padecido el ostracismo y el olvido. Se reivindicó con un centro que Finidi remató de cabeza. Dio en el poste y entró llorando, pero ese llanto hizo felices a los aficionados béticos y les dio una tonelada de moral para la doble cita de Copa y Liga con el Zaragoza.
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