La agresividad salva al Mallorca
Los isleños, pese a la lesión de Valerón, remontaron ante el Compostela
El Mallorca se plantea metas más ambiciosas en la Liga tras superar al Compostela y a todas las circunstancias adversas que tuvo ayer en su campo del Lluis Sitjar. El equipo que entrena el argentino Héctor Cúper se vio obligado a cambiar el chip tras perder a su estrella, Juan Carlos Valerón, lesionado en el minuto 22, y encajar un gol de Passi cuatro minutos más tarde. El toque sutil dejó paso a la agresividad, y el Mallorca, que suma 38 puntos y se consolida en las posiciones que dan acceso a la Copa de la UEFA, demostró sentirse muy cómodo en esa faceta.El talento y la magia del Mallorca, encarnada en Juan Carlos Valerón, pasaron a mejor vida muy pronto, cuando aún no se había alcanzado la media hora de juego. El jugador canario tuvo que ser sustituido tras una durísima entrada rival. Los jugadores hábiles lo están pasando mal en esta Liga, y Valerón siguió el mismo camino que Juninho, aunque en este caso, afortunadamente, con una lesión de bastante menos importancia que la del brasileño.
Al equipo de Cúper se le quemaron los fusibles sin su principal estrella en el campo y tuvo que apelar a la garra y contundencia para que el Compostela no le pasara por encima.
Passi ejecutó un doble remate para batir a Carlos Roa y colocó al conjunto balear en la peor de las situaciones, es decir, con el marcador en contra, sin la creatividad que aporta Valerón y la pegada del argentino Gabriel Amato, máximo goleador del equipo rojillo, ausente por acumulación de amonestaciones.
El Mallorca no se encontró cómodo porque la presión del Compostela le hacía mucho daño. Los isleños tenían el balón y terreno por delante pero no la claridad de ideas para forzar situaciones claras de gol ante Ponk. El Compostela manejó el tempo de las acciones a su antojo y dejó que su rival se desgastara en busca de la igualada.
Pudo el equipo que entrena Fernando Vázquez sentenciar con un nuevo tanto, pero se recreó en exceso enjugadas claves y dejó respirar a su rival, sin llegar a rematarlo. Stankovic engatilló un disparo en el área gallega que pasó como una exhalación por delante de Ponk y clavó el 1-1 que castigaba la apatía visitante. La jugada previa fue del mallorquín José Gálvez, que en una clara muestra de pundonor y ganas corrió 30 metros por la banda derecha y centró tras superar agarrones y patadas.
Un Mallorca distinto emergió en ese preciso instante, desprovisto de la clase que le confiere Valerón pero dispuesto a fajarse en todas las zonas del campo. Esto fue lo que hizo Monchu (m. 60) al robar el balón en una acrobática posición y centrar para que Ezquerro culminara ante Ponk.
No fue un gol precedido de una jugada demasiado elaborada, pero resumió el cambio obligado de mentalidad que tuvo que afrontar el Mallorca para superar a un conjunto gallego muy metido en el partido hasta el final.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.