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El título llegó por el baloncesto

Valencia se vuelca con el Pamesa después de su éxito en la Copa

"¿Quién viene, el Valencia?", preguntó una señora despistada. El aeropuerto de Manises (Valencia) vivió ayer una jornada inusual. Un millar de aficionados se congregó en el aeropuerto para recibir al Pamesa, que logró el lunes un título sin parangón en el baloncesto masculino valenciano, poco habituado a los agasajos. La situación era novedosa. Manises estuvo en ebullición durante más de dos horas y no se trataba en esta ocasión del Valencia CF, único equipo capaz de concertar semejantes masas en el aeropuerto. La ciudad de Valencia se lanzó a la calle para disfrutar del título que no ha sido capaz de proporcionarle en los últimos años el equipo de fútbol. Los seguidores, la mayoría muy jóvenes, explotaron cuando el equipo llegó a Manises. Posteriormente, cerca de 5.000 personas se congregaron en la Generalitat y más tarde en la plaza el Ayuntamiento para vitorear a sus jugadores. La fiesta se prolongó hasta la medía noche."Esto no se puede explicar", afirmó el técnico del Pamesa, Miki Vukovic, impresionado por el considerable número de aficionados que festejaba el título en la plaza del Ayuntamiento. Sasha Radunovic no pudo disimular las lágrimas: "No hay lugar en el mundo que quiera como Valencia ahora", dijo. El presidente del Pamesa, Fernando Roig, tuvo palabras para los seguidores. "Tenemos una gran afición, que supo ser paciente en su día. La Copa es una recompensa para ellos. El año que viene volveremos a ganarla en Valencia".

Lo cierto es que la afición del Pamesa convirtió el centro de Valencia en una fiesta. "¡Illa, illa, illa, Rodilla maravilla!", "¡Julbe, la Copa se mira y no se toca!", "Esta es la afición de un Pamesa campeón!", fueron algunos de los cánticos que dedicaron los aficionados al título.

El carácter imprevisible del triunfo en la Copa del Rey aumentó la alegría de la gente. Nadie esperaba en Valencia que un equipo bisoño y debutante en la Copa lograra un título de ese calibre. Y además, con brillantez. Un título que recompensa el empeño y esfuerzo de Fernando y Juan Roig, los soportes económicos del Pamesa. Y la labor de Miki Vukovic, un técnico que llegó al Pamesa procedente del Doma Godella, el equipo fémenino valenciano con el que ganó dos Copas de Europa y que fue imbatible en España durante seis años. Detrás de tanto éxito se encontraba el manual de trabajo de Vukovic, un yugoslavo de 53 años, ingeniero de minas por estudios y entrenador de baloncesto porvocación.

"Estoy muy orgulloso de mis jugadores", ha repetido Vukovic sin cesar tras el título. Él es el primero que conoce las limitaciones de su equipo. Quizá por eso ha sido también el primero en valorar el trabajo de sus jugadores. Y el título. Vukovic acabó recalando en el baloncesto masculino hace tres temporadas de la mano de los Roig. Lo Cogió en la liga EBA y lo ascendió a la ACB. Fue el primer éxito del exigente preparador yugoslavo, que no se ha desinflado en un vestuario masculino, como temían algunos. Sólo titubeó al principio. "Las mujeres son más disciplinadas que los hombres", llegó a declarar. La primera temporada en la máxima categoría con el Pamesa fue meritoria. El equipo cumplió. Nadie exigió más. Como tampoco se ha exigido en la actual campaña. Con un baloncesto muy práctico, el Pamesa logró clasificarse para la Copa. Vukovic ha confirmado en el Pamesa su vitola de psicólogo: ha sacado un extraordinario rendimiento de un equipo sin figuras, muy trabajador y disciplinado.

Fernando Roig ya ha ofrecido a Vukovic renovar por tres temporadas más. Consciente de que el técnico yugoslavo está plenamente identificado con el equipo y con la ciudad ("soy un valenciano más", ha declarado Vukovic), Roig quiere atar al preparador balcánico. Y no tendrá excesivos problemas: el entrenador no tiene ninguna intención de dejar Valencia. La relación entre Roig y Vukovic es excelente. "Si tú te vas, yo me voy contigo", llegó a decirle Fernando Roig al técnico.

Para apuntalar el baloncesto en la ciudad, Valencia será la próxima temporada la sede de la Copa. Mientras, el Pamesa tiene tiempo en Liga de continuar con su proyecto.

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