Gil pide una sanción para Salgado y se desdice
El presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, reunió a sus hombres para llamarlos a la unión. Estaban operando a Osvaldo Giroldo, Juninho, cuando Gil convocó a sus futbolistas, al cuerpo técnico y a la prensa para conjurar polémicas y pedir una dura sanción contra Michel Salgado, el jugador del Celta de Vigo que el domingo acabó de un pisotón con la temporada futbolística del brasileño: "Queremos que el Comité de Competición le prohíba jugar durante el tiempo que no pueda jugar su víctima". Sin embargo, horas después, tras hablar con el presidente del Celta, Horacio Gómez -por cuyas declaraciones dijo Gil que iba a presentar la denuncia- se volvió atrás. Ni siquiera lo supo el entrenador Antic hasta por la noche. El presidente del Atlético fue convencido por el céltico de que entrar en una espiral de denuncias, como ya él se vio involucrado en otras ocasiones, no conducía a nada.El empate a un gol con el Celta de Vigo y la autoexclusión de Christian Vieri de la convocatoria, unida a la lesión de Juninho que pasó a engrosar la lista de bajas con Kiko, López y Aguilera, terminaron por exasperar a Gil: "Nos han roto la columna vertebral", bramó, "¿ahora quién le paga esta pérdida al Atlético?".
Gil iba a enviar una denuncia al Comité de Competición para intentar que Salgado no jugara mientras el brasileño permaneciera en el dique seco. Se trataba de un castigo que no recogen las normas sancionadoras del Estatuto de la Federación Española de Fútbol, que diferencia entre "juego brusco grave" y "agresión". El primer caso se sanciona con la suspensión del jugador de uno a 12 partidos, mientras que la "agresión" es una circunstancia excepcional que se puede castigar con una suspensión de hasta tres años "al que agrediere a otro con el inequívoco propósito de causarle daño", según el Estatuto. Este último supuesto se da exclusivamente cuando el balón no está en juego, o cuando la agresión se produce lejos del lugar del campo donde se desarrolla el juego -que no es el caso de la lesión de Juninho, que sufrió la entrada de Salgado cuando conducía el balón-
Gil se reunió con toda la plantilla para pedirle "colaboración con la entidad" en el bache que atraviesa. Al final, el propietario rojiblanco hizo un aparte con el técnico Radomir Antic, Vieri, y su, amigo Paulo Futre, con quienes mantuvo un diálogo. El motivo: esclarecer los rumores de sublevación que pesan sobre el italiano, que no ha dejado de insinuar su nostalgia por el Calcio en todo el tiempo que lleva en el Atlético, y que el sábado pasado se autoexcluyó de la convocatoria dejando en fuera de juego a su entrenador, Radomir Antic, que lo suponía recuperado. "Vieri es un fenómeno", fue la conclusión de Gil, "nunca se indisciplinó, sólo que es un tío impresionante con una forma de ser que no hay quien se la cambie"
El presidente del Atlético tuvo palabras de apoyo para José Mari, que falló el domingo hasta cinco ocasiones de gol. "Sólo tiene 19 años", justificó. Momentos antes, Antic había explicado el empate por el número de ocasiones falladas por "jugadores que han demostrado por qué son suplentes"
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