Taxistas bajo el fuego
Cruzar el centro de Belfast en taxi cuesta unas tres libras esterlinas (750 pesetas). Tal es el salario del miedo para centenares de taxistas católicos que se han convertido en el blanco favorito de los escuadrones protestantes de la muerte. En un mes de renovada violencia en Belfast, los pistoleros probritánicos han matado a dos taxistas y herido gravemente a un tercero. Un cuarto conductor se libró milagrosamente el lunes. Al asesino, sencillamente, se le encasquilló la pistola.
"Comprenderá por qué estamos todos un tanto nerviosos",dijo Michael, de la agencia Metro Cab, con sede en Antrim Road, un bastión nacionalista. Tan nervioso que se disculpa de no dar su nombre completo. "Naturalmente estamos tomando precauciones extraordinarias, pero nadie ni nada te puede dar garantías", agregó. Muchos taxistas ya han retirado de sus coches el letrero que identifica a sus compañías. Todo el mundo en Belfast sabe cuál empresa es de católicos y cuál de protestantes. "Y si un asesino protestante quiere liquidar a un católico, no tiene más que coger el teléfono y llamar a un radiotaxi. Así de fácil".
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