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FÚTBOL AMERICANO

Favre dispuesto a romper récords con Green Bay en la Super Bowl

Carlos Arribas

Cuando los Green Bay Packers ganaron hace un año la Super Bowl no tuvieron tiempo de celebrarlo. Al día siguiente, la única pregunta que se les hacía era "¿Y el año que viene, que pasara 365 días después", hay respuesta: el equipo que, dirigido por el míticoVince Lombardi, ganó las dos primeras Super Bowls de la historia, hace 30 años, está también en la XXXII final, su tercera en tres años. El único equipo que no es propiedad de un magnate, sino de miles de accionistas limitados a 200 acciones por persona; el -que se niega a cambiar el césped natural de hierba de Virginia por artificial; el más arraigado en el pasado, está preparado para el desafio.Esto es la Super Bowl: 800 millones de telespectadores en 188 países, comentarios en directo en 17 idiomas, casi 70.000 espectadores sentados en las tribunas del Qualcomm Stadium de San Diego (California), 3,000 periodistas acreditados, 17.000 habitaciones de hotel ocupadas por los visitantes, 16.000 pases de estacionamiento para el estadio, 600 aviones privados, 900 autobuses, 700 limusinas, 1.200 bailarines para animar a la gente antes del partido, 1.600 artistas para el intermedio, 2.500 agentes de seguridad, cinco aviones acrobáticos Blue Angel, un bombardero B-2, 300 toneladas de basura generadas por los espectadores, entradas -agotadas desde hace meses- entre 275 y 350 dólares (entre 40.000 y 60.000 pesetas) ... El gran espectáculo americano expuesto al mundo sin vergüenza.

Esto también es la Super Bowl: dos equipos de 11 jugadores que se enfrentan esta noche (00.30, Canal+) en la gran final del fútbol americano, uno de los cuatro grandes deportes de equipo en Estados Unidos, junto al béisbol, el baloncesto y el hockey hielo, y la única gran Liga cuyo campeón se decide a partido único y en terreno neutral. La XXXII Super Bowl reúne a los actuales campeones, los Green Bay Packers, de Wisconsin, y los Denver Broncos, de Colorado. El equipo más tradicionalista, el de la ciudad más norteña, en las orillas del lago Michigan, y más pequeña (no llega a los 100.000 habitantes), frente a los gigantes de Colorado.Y, siguiendo con el juego de enfrentamientos, esto es también la Super Bowl 98: Brett Favre contra John Elway. El quarterback de los Packers contra el líder de los Broncos.

Un asunto privado

Pero, sobre todo, la XXXII Super Bowl es un asunto privado para Brett Favre. La personalidad del director de juego, del hombre de los pantanos del Mississipi, resume toda la esencia del fútbol americano. Si Joe Montana, el más grande quarterback de la historia, era la poesía en el pase sutil, Favre es la dinamita, la explosión y la fuerza. Pero Favre es también el hombre víctima de un juego brutal, en el que las lesiones y los anabolizantes son la norma de cada día. El líder único de un equipo que busca su segundo triunfo consecutivo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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