Dos versiones para un asesinato

Emilio Muñoz y Cándido Ortiz dan dos versiones contradictorias del asesinato de Anabel Segura, una vez que decidieron no seguir adelante con el disparatado plan del secuestro. Muñoz sostiene que la decisión de ahorcar a la muchacha se tomó de mutuo acuerdo, tras consultar él con su esposa. "El Candi preparó el nudo de la cuerda, yo la pasé por encima de una viga que había en un habitáculo de la fábrica y los dos tiramos de ella hacia abajo", relató Muñoz. Ortiz, por su lado, contó ayer su tercera versión del crimen: "Emilio se quedó con Anabel en un cuarto oscuro dentro de la fábrica, mientras yo, que estaba muy nervioso, salí a la calle para ver el lugar. Al volver, la chica estaba en el suelo y no se movía. Le pregunté a Emilio que qué había hecho y me dijo que la había estrangulado". Para los padres de Anabel empezaban 900 días de pesadilla.